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«Más datos menos educación»

Desde la Asociación Educación Abierta lanzamos una nueva iniciativa para reflexionar y debatir sobre educación, abierta a todas las personas interesadas en participar. Lo hacemos bajo la premisa de que “Todos educamos” y de que, por tanto, “desde la posición que ocupemos y los intereses que defendamos, todos compartimos con los profesionales de la educación la responsabilidad de que nuestros niños y jóvenes adquieran los valores propios de una sociedad democrática, los conocimientos necesarios para su desarrollo personal y profesional, y la capacidad para aprender a lo largo de la vida.”

El próximo 23 de febrero, te invitamos a participar en el primer encuentro, que inaugura este proceso, denominado “Más datos menos educación”. Nuestra intención es plantear preguntas, identificar dilemas y cuestiones relevantes para reflexionar en torno a la relación entre la tecnología y la educación, poniendo el foco en los datos, su gestión, sus potencialidades y sus inconvenientes dentro del sistema educativo.

Pondremos en común la visión de distintos agentes educativos que, indudablemente, forman parte de esta conversación. Las familias, las empresas, los docentes “tic”, los centros escolares y las administraciones públicas se darán cita en este encuentro para plantear sus preocupaciones, sus propuestas y sus preguntas, representados por miembros de la asociación y, también, por personas no vinculadas directamente con la misma.

El formato que proponemos para el encuentro es el “World Café”, una metodología que apuesta por el diálogo colaborativo, por la escucha y la conversación entre los diferentes agentes y los asistentes al evento. No se trata por tanto de un ciclo de conferencias, aunque algunos representantes plantearán sus preguntas en una ronda de intervenciones breves siguiendo el modelo “Pecha Kucha” para, a continuación, generar mesas de debate en las que participarán todos los asistentes al encuentro.

A continuación presentamos el programa del evento:

10.00 Presentación del Proyecto «Todos educamos» y de jornada «Más datos menos educación», a cargo de  Alfonso González y Javier González de la Asociación Educación Abierta.

10.15 «De la tecnología al dato», cinco empresas nos explicarán, siguiendo el modelo Pecha Kucha, las claves de su proyecto:

A partir de las 11h los asistentes rotarán en tres mesas de diálogo en las que podrán reflexionar, opinar y preguntar sobre los siguientes temas:

Mesa 1: ¿Qué es un expediente académico en la educación digital?

Coordinadores: Javier González y Jill Stribling

Los expedientes académicos se han construido hasta ahora esencialmente con calificaciones numéricas y algunas instrucciones adicionales sobre el acceso y la conservación de los exámenes y trabajos de los alumnos.

Tales expedientes clasificaban, abrían o cerraban puertas al mundo académico, profesional, político… la “carrera” profesional dependía, por tanto, de un acúmulo de resultados analógicos recopilados por un sistema escolar donde en dato era “propiedad y pertenencia” de la docencia y la burocracia de la administración pública educativa.

El mundo digital ha cambiado las posibilidades del almacenamiento de la información de los procesos de aprendizaje, de las fronteras entre educación formal, no formal e informal. y de su utilización posterior a lo largo de la vida de las personas. También ha cambiado lo que es relevante aprender, lo que se valora como competencia para la vida adulta. Por tanto, la relevancia de esta disponibilidad afecta no sólo a los aspectos académicos, si no a otros, tanto personales como laborales o financieros, que pueden determinar el futuro de las personas en una sociedad cada vez más compleja e interrelacionada.

Es por ello por lo que el comercio con los datos del aprendizaje de las personas puede tener unas consecuencias sólo comparables al que sería el uso de su información genética. La educación se enfrenta a desafíos inimaginables hace unas décadas que son ignorados por las leyes educativas. La privacidad, la intimidad y por ende, la dignidad de los alumnos está en juego.

Surgen varias preguntas que podrán formularse al respecto

  • ¿Por qué se han de recopilar los datos de mi hijo?: seguimiento, evaluación, feed-back y tutoría con la familia.
  • ¿Cómo asegurarnos de que se hace un uso pertinente de ellos?
  • ¿Qué beneficios puede procurar a la evolución, maduración y éxito de mi hijo?. ¿Qué peligros veo?
  • ¿Qué aspectos creo que han de medirse y evaluarse desde esos datos recopilados?: perfil psicológico (psicotécnico), evolución cognitiva, afectiva, interacción social…
  • ¿Quién habrá de ser el propietario de los datos?: familia, institución, otros…

Mesa 2: ¿Cómo hacer una escuela digital segura?

Coordinadores: Jesús Joven Trasobares y Mar Santos

La escuela ha actuado en los últimos siglos como un espacio seguro para los menores. Su universalización ha permitido la incorporación de mujer al trabajo y la socialización de los niños y jóvenes acorde con los valores dominantes en cada sociedad.

La irrupción de las tecnologías de la información en el aula ha roto las fronteras del recinto educativo tradicional. La educación digital es porosa, permite tanto que los alumnos puedan acceder en su proceso de aprendizaje a datos y relaciones personales sin el control de los docentes, como que lo que suceda en el centro pueda ser de conocimiento público. Y lo que puede ser más grave, que el ánimo de protección y control sobre los alumnos de las familias o instituciones, pueda llevarlos a la pérdida de su libertad.

Mesa 3: ¿Las pantallas nos aíslan o nos comunican?

Coordinadores: María Rodríguez y Javier Monteagudo

La conversación personal entre los alumnos y de ellos con sus profesores, soporte del aprendizaje tradicional y de la construcción de los valores de la convivencia democráticas, en la sociedad digital se puede ver amenazada por la transmisión de datos entre dispositivos evitando la relación humana.

Ignorar las consecuencias de nuestros actos en los otros conduce a un grave deterioro cognitivo que afecta tanto al aprendizaje de los alumnos, limitado en sus aspectos emocionales, como a su desarrollo personal, atenazado por la falta de empatía, o fraternidad.

El aislamiento de las pantallas no sólo se produce frente a los otros, también frente al conocimiento, y nos vuelve extraordinariamente sensibles a la manipulación. Así, la incapacidad de los niños y jóvenes de discriminar y jerarquizar la información existente en Internet, la carencia de una mentalidad crítica frente a las avalanchas de noticias falsas, o de simples intentos de manipulación consumista o política, se vuelve una amenaza terrible para la convivencia.

A la vulnerabilidad por su edad y falta de competencias, tendríamos que añadir además la que procede del posible acceso a sus datos más íntimos de aprendizaje por las grandes corporaciones digitales.

A todo ello habría que añadir las nuevas formas de delitos de acoso, facilitados por las tecnologías digitales que en ocasiones pueden llegar a producir resultados trágicos. Ello ocurre con el acoso escolar cibernético, también conocido como Ciberbullying, Otra forma de acoso sexual es el conocido como grooming, por el que un adulto se hace pasar por un menor y a través del ordenador o del móvil busca una cita con la víctima. Finalmente, el sexting es una forma de acoso por el que se persuade a la persona acosada para que envié fotos insinuantes que luego amenaza con subir a las redes para chantajear a la víctima.

No deben olvidarse, sin embargo, las inmensas ventajas de las TIC para el desarrollo personal. Alguna de las más sobresalientes serían el acceso a una inmensa base de conocimientos, la posibilidad de interactuar colaborativamente con otras personas desde la distancia, la posibilidad de generar y difundir conocimiento y el empleo de programas que permiten el aprendizaje al ritmo de cada persona.

En suma, la alfabetización digital desde la escuela no parece ser una terea que pueda eludir esta institución si desea luchar por su supervivencia en una sociedad altamente digitalizada.

Mesa 4: ¿Acabará la Inteligencia Artificial con los docentes y con los centros educativos?

Coordinadores: Carlos Magro y Manuela Lara

¿Hasta qué punto los datos que nos proporcionan las tecnologías son relevantes para la educación? (Castañeda, L, 2018) ¿Hasta qué punto los datos nos dan información realmente valiosa para los procesos educativos? (Buckingham Shum et al., 2016). ¿Qué sucede cuando un sistema educativo se obsesiona con los datos? ¿Pueden los docentes convertirse en meros “recolectores de datos» o en gestores de entornos de producción de datos?. (Ben Williamson, 2018). ¿A quién sirven esos datos? ¿A quién afectan? ¿Puede afectar la “datificación” de la práctica educativa a la subjetividad de docentes y alumnos?

La gestión de los datos de los procesos de aprendizaje de los alumnos abre posibilidades hasta ahora impensables. La competencia entre las máquinas y los humanos para aportar información curricular a los alumnos y valorar su asimilación está abierta. La utopía, o distopía, de la personalización del aprendizaje está cada día más próxima. Movidos inicialmente por la promesa de la libertad y la flexibilidad para los estudiantes, los sistemas y plataformas virtuales de aprendizaje están, sin embargo, cada día más cerca del control, la vigilancia y el determinismo pedagógico.

La reducción de los costes para las administraciones con la automatización de la educación y su impacto en los trabajadores pueden ser semejante a lo que ya ha sucedido en otros sectores. La amenaza de la desregulación y precarización afecta directamente a todo el sistema educativo, no solo a la noción de aula tradicional, sino a la propia función del centro educativo y a la idea de escolarización. La datificación de la escuela y los procesos educativos puede, en breve, producir ansiedad entre los docentes y una fuerte sensación de desprofesionalización.

No son pocos quienes nos alertan con creciente preocupación de que aquel espacio que a mediados de los 90 saludamos como un paraíso de “conocimiento colectivo, comunicación global y libre empresa se ha convertido hoy en un lugar de vigilancia estatal, manipulación corporativa y actividad criminal” (Michael Saler, 2015).

Acercarnos a estas cuestiones requiere mucho conocimiento y mucho diálogo por parte de todos los afectados (alumnos, docentes, escuelas, familias, empresas, administración).  Sabemos que la tecnología no es neutra. Tampoco lo son los algoritmos que están detrás de los llamados sistemas de aprendizaje inteligentes. Los datos no nos garantizan una objetividad que no existe. “Nada humano deja de ser humano. Ni siquiera la tecnología” (Arias Maldonado, 2015). Ser conscientes de esto es, sin duda, el primer paso de un largo viaje hacia una sociedad desconocida. Descubrir los riesgos de la digitalización y los datos no significa que debamos renunciar sin más a algunas de sus promesas. El reto está, como ha señalado Cristóbal Cobo, en comprender y aprovechar las oportunidades sin ignorar las limitaciones y riesgos que ellas traen consigo. Más allá de miradas luditas o solucionistas, tecno-críticas o tecno-entusiastas, necesitamos más que nunca un acercamiento crítico a la tecnología y al uso de los datos en educación. El momento actual nos reclama ante todo calma para pensar juntos. El momento actual no demanda tanto de ingeniosas soluciones como de buenas preguntas. ¡Hagámoslas!

Mesa 5: ¿Puede haber una sociedad democrática sin una educación digitalizada?

Coordinadores: Joaquín Rodríguez y Alicia Aguado

Democracia significa respeto a los valores que le son propios. La era digital trae consigo no solo la revisión de los procesos de enseñanza, educativos y de aprendizaje, sino la incorporación de nuevos derechos y obligaciones.

La educación es la principal estrategia de una sociedad para compartir esos valores. La escolarización en occidente ha sido en los últimos siglos el instrumento que ha permitido el gran avance social de su arraigo y generalización. La digitalización de la sociedad nos plantea incertidumbres sobre cómo vamos a garantizar desde la educación la igualdad de acceso a los datos y, sobre todo, sobre cómo vamos a posibilitar condiciones de igualdad para su interpretación crítica y el desarrollo de contenido por la mayoría. El reto de no ser meros consumidores digitales pasivos y asimétricos compromete seriamente la calidad democrática de los sistemas políticos. Por otra parte, el acceso a la información de los procesos de aprendizaje de los niños y jóvenes de una comunidad, con independencia de su anonimización, compromete la soberanía de los estados, más que su dependencia tecnológica o energética. Aspecto que debería ser valorado en un marco de relaciones internacionales cada vez más globalizado, privatizado y liberalizado.

Mesa 6: Preguntas abiertas sobre el dato en educación

Coordinador: Juan Pastor Bustamante

«Más datos menos educación» tendrá lugar el próximo 23 de febrero en la sede de la Fundación Botín en Madrid (c/Castelló, 18) de 10:00 a 14:00. Para inscribirte en el evento pincha aquí.

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1 Comentario

  1. Juan Alberto Perez Perez 24 febrero, 2019

    El encuentro fue muy interesante y muy enriquecedor. Gracias por la invitación abierta a personas que como yo estamos inquietos por la transformación de la educación, aunque no formemos parte de la asociación.

    Responder

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