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«Saber trabajar en equipo se define ya como una competencia transversal que se impone sobre la individualidad.»

#CalmarEdu nº68. Un equipo docente es más competente que la suma de sus miembros. Hoy frente a las demandas personalizadas de los alumnos sólo tiene sentido trabajar en equipo.
Para empezar a entender el porqué de esta afirmación revisemos primero algunas consideraciones como las que se pueden encontrar en el Preámbulo de LOMCE donde se habla del talento como una cualidad inherente a cada individuo y diferente en cada uno de ellos, debiendo la educación dar respuesta a ese talento individual para un desarrollo social. Efectivamente, nadie discute ya que cada alumno tiene una dimensión individual a la que hay que dar respuesta para que se desarrolle como ser social, y así la misma ley resalta el trabajo en equipo, la cooperación y la colaboración como elementos necesarios para el desarrollo de los pueblos. Por otra parte, las empresas ya tienen muy claro, que el talento individual resta capacidad a sí mismo si no es capaz de sumar en una red de trabajo cooperativo con diferentes perfiles profesionales y de ahí que se organicen dinámicas de grupo como estrategia de selección.

La eficacia de los equipos de trabajo y los modelos explicativos del mismo no parecen cuestionarse en un mundo globalizado, incierto y cambiante, donde las organizaciones mantienen los equipos de trabajo como eje fundamental. Saber trabajar en equipo se define ya como una competencia transversal que se impone sobre la individualidad, con algunas características identificadas como necesarias: capacidad de comunicación, adaptabilidad, flexibilidad, habilidades interpersonales, planificación y toma de decisiones, comportamiento en la evaluación del trabajo, resolución de problemas e innovación, entre otras

Todas estas capacidades se ponen en juego cada día en el ámbito escolar por los docentes, por tanto, parece lógico pensar que si todas ellas superan el individualismo de cada maestro y confluyen en el equipo docente, el efecto es superior a la suma de sus partes.“El talento gana partidos pero el trabajo en equipo gana campeonatos” –  Michael Jordan. Realizando un símil sencillo entre los jugadores de un equipo de baloncesto y un equipo docente, la imagen resulta clarificadora. Este efecto se multiplica exponencialmente a través de una organización escolar que permita ejercer realmente un trabajo cooperativo entre los docentes, donde cada fortaleza se comparta con el equipo y se ponga al servicio del resto, así son todos los alumnos los beneficiados, la institución escolar y toda la comunidad escolar, superando así la suma de sus partes.

El docente al trabajar en equipo pone sus fortalezas y debilidades al descubierto, pero crece en sus fortalezas y es capaz de superar debilidades, dando una respuesta en su labor docente más ajustada a las necesidades y retos que se plantean cada día en las aulas. Si queremos como docentes ofrecer lo mejor de uno mismo, debemos dejar atrás el egocentrismo y, a veces la falta de humildad, para reconocer que nuestro buen hacer se hace más y mejor, estando y siendo con los demás docentes. Así Echeverria y al. 2008, señala que no solo tienes que cooperar con los compañeros, sino que se tiene que saber hacer, saber estar y saber ser. Ideas ya presentes en el Informe  de la UNESCO, J. Delors (1996) La Educación encierra un tesoro, donde se habla de los “cuatro pilares de la educación”: aprender a conocer, para poder a aprender a aprender;  aprender a hacer, para capacitar al individuo a hacer frente a diferentes situaciones y trabajo en equipo; aprender a convivir para valorar la interdependencia y aprender a ser para que la responsabilidad personal florezca, entre otras muchas más capacidades.

El aprendizaje por modelado es eficaz al transferir lo que se sabe, se vive, se siente, se cree…así un grupo de docentes que trabaja en equipo enseña a trabajar en equipo porque la dinámica establecida les trasciende a su propia actuación.

Por otra parte, son capaces de dar respuestas más adecuadas y ajustadas a cada alumno, al participar desde una visión y actuación de equipo, con intervenciones técnicas que se autorregulan entre sí, al confluir la toma de decisiones bajo criterios, necesariamente más objetivos que desde la individualidad, que siempre puede tener un sesgo por componentes personales, como la emoción, sensibilidades, etc.

También se multiplica su efecto al tener una dimensión de formación continua desde la práctica docente, quizás una de las transferencias más potentes y eficaces para la mejora de la calidad de la enseñanza. Lo que aprendes a hacer junto a los que trabajas y además te permite poner en práctica, evaluar, reconducir reconociendo los errores y ver los resultados a través del feedback de tus compañeros… permite un laboratorio muy eficaz para la mejora de la práctica docente.

“El cerebro sólo aprende si hay emoción” Francisco Mora. Y si de emociones hablamos, el trabajo en equipo también requiere un conocimiento y aprendizaje en la gestión de emociones personales e intrapersonales para aprender a manejar los conflictos como elemento positivo. Por tanto, también desde una perspectiva personal y social, el docente es capaz de crecer y multiplicarse, a través del trabajo en equipo. Está clara la necesidad, inherente a cualquier mejora, del trabajo en equipo como medio de superación personal y social.

La institución escolar, asimismo se vuelve más inteligente, dinámica, innovadora y con mayor capacidad de adaptabilidad a los cambios. Por ello, es importante contar con equipos directivos que comprendan estas dimensiones para liderar equipos docentes con mayor eficacia. Lourdes Bazarra y Olga Casanova en su libro Directivos de Escuelas Inteligentes profundizan en esta idea.

Por estas razones, y otras muchas, sin duda el equipo docente es más que la suma de sus partes, y no puede entenderse una educación de calidad real si está sujeta a la mayor o menor fortuna de encontrarse en el camino docentes que te emocionen, que en el mejor de los casos dejarán un buen recuerdo. La escuela en su conjunto debe emocionar, estar viva, sabiendo hacer, estando y siendo con el alumnado. ¡Y esto lo consigue un equipo docente!

María del Mar Santos: Directora del CEIP Manuel Bartolomé Cossío

Aquí puedes leer las 101 propuestas y otros artículos como este. Este artículo forma parte de la reflexión conjunta del proceso Calmar la Educación. Seguiremos publicando otras opiniones de personas relevantes del mundo educativo. Queremos generar un espacio de debate plural y abierto a todas las personas interesadas en la transformación educativa.

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