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¿Cómo hacer una escuela digital segura?

Los muros que protegían la escuela que conocíamos hasta hace poco tiempo, se han ido resquebrajando con la llegada de las tecnologías que han roto las fronteras del recinto educativo tradicional. La clase se abre ahora al exterior y permite compartir lo que en ella está sucediendo más allá de sus cuatro paredes. Lo mismo ocurre con lo que pasa fuera de ella, que llega con facilidad a cada uno de los alumnos a través de sus tablets, smartphones, etc., dejando un rastro de la actividad y de la persona. Se despierta así una conciencia de riesgo sobre los alumnos que amenaza su propia libertad. El dilema no es nuevo y se ha reflejado en muchas otras situaciones en nuestra sociedad: seguridad frente a libertad.

Las preguntas van surgiendo como consecuencia de la preocupación que esta situación genera: ¿debemos controlar todo lo que sucede en el aula? ¿debemos utilizar la tecnología para controlar a nuestros hijos (pulseras, relojes, apps, etc.)?, ¿cómo podemos evitar la difusión inadecuada de contenidos?, ¿hay que poner nuevos “muros” o en cambio, debemos enseñar  a los alumnos el uso adecuado de la tecnología?, ¿cómo enseñar este uso adecuado, la solución pasa por crear nuevas asignaturas?, ¿quién es el que pone los límites fuera del colegio? No se trata siempre de responder de manera acertada sino de plantearnos las cuestiones de forma certera.

Los colegios no pueden aislarse del mundo exterior para cuidar de sus alumnos pero deben garantizar un entorno seguro en el que las familias también se responsabilicen de educar en la competencia digital. Aun así, resulta especialmente preocupante el control y uso de los datos de los alumnos de los que sin duda, son propietarios y cuya privacidad debe estar garantizada: “Los datos, pertenecen a la persona, son un derecho propio que debe protegerse”. En este tema de la seguridad es importante que todos los agentes educativos trabajen coordinadamente y que la responsabilidad sea compartida entre el profesorado, el alumnado y las  familias para que se actúe conjuntamente en el marco específico de los colegios, responsables de dinamizar y articular esa colaboración. Surgen preguntas que se quedan abiertas como: ¿quién define la seguridad? o ¿qué uso se hace de los datos en los colegios?

La escuela no es ajena a la sociedad ni puede estar al margen de la realidad exterior. Es esa realidad que hay fuera, la que trasciende los límites de los colegios, donde deben actuar las familias, porque los centros ponen límites y establecen protocolos de funcionamiento garantizando su entorno pero ¿quién ponen los límites fuera del colegio? ¿Están los padres asumiendo esa responsabilidad? A menudo se pide que el colegio intervenga también en ese otro espacio que queda fuera y que forme, además de a sus alumnos, a las propias familias, dándoles pautas, consejos, recursos… para dominar la competencia digital y que sean capaces de de ser ellos quienes den las pautas necesarias en el uso positivo de la autonomía de sus hijos.

La labor de los colegios es la de ocuparse de educar a esos niños y adolescentes que llenan sus aulas, no solo en competencias digitales sino en su propio valor como personas. Los educadores deben ser capaces de pararse y pensar en el tipo de persona y de sociedad que quieren y, todos debemos tener claro a qué tipo de persona estamos educando y cuáles son los valores que queremos transmitirle. Debemos recuperar la importancia de la educación en valores e identificar con claridad cuáles queremos transmitir. En este caso, uno de ellos debe estar especialmente claro: el uso responsable y seguro de la tecnología pero, además, hay otro que resulta imprescindible en esta época en que la veracidad se ve amenazada y proliferan las informaciones falsas (“fake news”), y es el sentido crítico que permita a nuestros jóvenes tener criterio y ser capaces de juzgar las noticias y las fuentes con que se encuentran.

Hay que hacer conscientes a los adolescentes de que en el mundo digital existen riesgos y tienen que aprender a minimizarlos. Si crecen en una escuela segura quizás no les estemos preparando para la realidad exterior menos controlada y segura. Pero este es el gran reto de la educación en entornos digitales: preparar a nuestros alumnos en contextos seguros para entornos que no lo son, para que puedan dar una respuesta positiva ante esos riesgos a los que van a enfrentarse. Es así como la escuela y la sociedad digital, el alumno y el ciudadano digital, coinciden y dan coherencia a la sociedad en que vivimos.

Jesús Joven: Máster en Dirección y Gestión de Centros Educativos en el Nuevo Entorno Digital por la Universidad Autónoma de Madrid. Licenciado en Filosofía por la Universidad de Comillas. Grado de Maestro por la Escuela Universitaria del Profesorado E.S.C.U.N.I. Actualmente Director del colegio Montserrat-FUHEM, Madrid.

Este post es consecuencia de las reflexiones y preguntas surgidas en la jornada «El dato, más allá de la Educación». Fue el primer encuentro organizado por la Asociación Educación Abierta en el marco del proceso «Todos Educamos». Pincha aquí si quieres ver más posts como este.

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