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Organización escolar para el cambio educativo

#CalmarEdu nº86: La reestructuración de la organización académica y de las normas de funcionamiento de los centros es esencial para posibilitar el cambio.

A partir de la Constitución de 1978 la sociedad española ha asistido a un cambio excesivo de leyes de educación pretendiendo dar respuesta a dos cuestiones básicas de su art. 27: la declaración de que todos tienen derecho a la educación, y la de que la enseñanza básica es obligatoria y gratuita. Y este cambio continuo en las leyes educativas a la fuerza ha tenido que influir en la organización de los centros.

En la literatura referente a Organización Escolar, se cita con frecuencia a Marqués (2004), que clasifica los elementos estructurales de los centros en:

Materiales: Edificio, instalaciones, mobiliario, aulas, metros cuadrados por alumno, material didáctico, recursos informáticos, otras dependencias y otros recursos.

Personales: Equipo directivo, profesorado, personal de administración y servicios, alumnos, familias, servicios de apoyo al centro (del Ayto., de la Admón, de organizaciones públicas o privadas,..).

Funcionales: Presupuesto, jornada escolar, horarios, normas de convivencia, etc.

Los tres en conjunto van a definir la idea clásica de centro docente como una organización humana que desarrolla su actividad en un espacio físico, con una estructura y con un fin primordial como es la educación de los alumnos y la consecución de los fines de la educación mostrados en las distintas leyes educativas.

Aunque todas las escuelas, todos los colegios, tengan los mismos elementos estructurales, será su organización la que les va a distinguir, especialmente por la actitud de sus recursos humanos. En los centros públicos la normativa distingue entre órganos unipersonales y colegiados, órganos de gobierno y órganos de coordinación docente. Los centros concertados tienen mayor libertad de organización, aunque sujetos a condicionantes determinados por las leyes educativas LODE y LOE.

En lo referente al organigrama se conserva la estructura piramidal, siendo prácticamente idénticos CEIPs, IES o centros que imparten en enseñanzas de régimen especial: Un Director del que dependen Jefe de Estudios y Secretario; y dependiendo del Jefe de Estudios los Jefes de Estudios Adjuntos, o el equivalente Coordinador de Equipo docente; y a su vez, de ellos dependen los Profesores del Departamento o los Maestros del Equipo docente respectivamente.

Siendo importante dicha organización, no lo es menos la referente a los órganos colegiados de gobierno y de coordinación docente:

– El Consejo Escolar, máximo órgano de participación de todos los estamentos de la comunidad educativa.

Claustro de Profesores, como órgano colegiado propio de participación de los profesores, con responsabilidades pedagógicas.

Órganos de coordinación docente, donde existe una gran pieza básica (trabajo en equipo), y diferencias propias de cada nivel, así los departamentos se diferencian por la materia que imparten, siendo los profesores especialistas en ella, con dedicación en todos los cursos; por contraste, los equipos de ciclo se agrupan por curso o ciclo, con maestros generalistas (y tres especialidades) y atención al grupo concreto.

– La Comisión de Coordinación Pedagógica, que integra al director, jefe de estudios, jefes de departamento y coordinador TIC, facilita la coordinación intercurricular y favorece la adopción de acuerdos de carácter pedagógico y de funcionamiento del centro.

Con independencia de otros modelos organizativos o de innovaciones pedagógicas a nivel general del sistema, la autonomía de los centros educativos parece ser la ventana por donde entren nuevos aires y nuevas experiencias que redunden en la mejora de la enseñanza. Aunque con la LODE se inicia la etapa actual de la autonomía, será la LOE la que le dedique mayor extensión normativa. Así, establece que los centros dispondrán de autonomía pedagógica, de organización y de gestión en el marco de la legislación vigente, y contrapone que los centros sostenidos con fondos públicos deberán rendir cuentas de los resultados obtenidos. La actual LOMCE pretende ir más allá incorporando a la LOE un nuevo artículo con acciones destinadas a fomentar la calidad de los centros entre las que destaca el binomio autonomía y calidad educativa.

Nuevos tiempos para:

1. Los centros: autonomía.

La autonomía se considera un elemento que los centros pueden solicitar con el fin de mejorar resultados, aumentar la calidad de los procesos, y prestar un mejor servicio de educación. Es por lo tanto un medio, no un fin en sí mismo.

El proyecto educativo del centro se va a manifestar como el documento programático fundamental del centro, pues en él se recogerán los valores, los objetivos y las prioridades de actuación compartidos por toda la comunidad educativa. Un documento vivo que considere de forma integral al centro, con atención al entorno sociocultural, que contemple la diversidad del alumnado, y respete el principio de no discriminación y de inclusión educativa como valores fundamentales.  

La autonomía en los conceptos actuales no tiene sentido sin contemplar dos elementos básicos, no solo porque los establece la ley, sino porque los pide la sociedad, son los de participación y transparencia. Participación entendida como la intervención activa y responsable de todos los sectores implicados e interesados en la educación del alumnado del centro; y con un concepto extensivo donde se dé cabida en los centros al entorno donde se desarrolla su actividad, así estará abierto a la cooperación y colaboración con Ayuntamiento, ONG, organizaciones civiles, participación de padres, etc.; y transparencia, pues proyectos, acciones y decisiones deben ser conocidos por todos, profesores, padres y alumnos.

La evaluación es el término que amalgama al trinomio: autonomía, rendición de cuentas y calidad en la mejora del servicio educativo que se presta. Con la evaluación se va a potenciar la transparencia de la institución, la información a las familias y el rendimiento de los alumnos.

2. Los profesores: especialización y formación

En la selección del personal, su motivación y su gestión, los centros privados y concertados tienen una de sus fortalezas. Variables que no están en manos de los centros públicos, lo que limita sus posibilidades de llevar adelante sus proyectos propios.

La autonomía se vincula al «liderazgo pedagógico» del director, sin olvidar que ningún proyecto es viable si no se cuenta con la participación del profesorado. Autores como Fullan (2016) consideran que una de las tareas de los directores debe ser la de asegurar que todos los profesores están incursos en formación continua y que programan sus clases de forma colaborativa.

La especialización es algo consustancial con el profesorado, pero no es suficiente con su formación inicial, pues el sistema educativo es complejo y dinámico, lo que junto con el avance de las distintas ramas de las ciencias y los avances tecnológicos hacen necesaria su formación continua, en su propia materia, y en métodos didácticos y pedagógicos actualizados.

El compromiso y motivación del personal del centro educativo son aspectos claves para conseguir los objetivos planteados. El profesor actual no puede olvidar que su profesión es combinación de ciencia y motivación, de trabajo y actitud.

3. Los alumnos: atención a su diversidad.

Podemos preguntarnos ahora cómo el sistema educativo responde a la diversidad de los alumnos. Para todos los alumnos en general, se educa en una formación integral que contribuya al pleno desarrollo de su personalidad y sus capacidades.

La atención a la diversidad es responsabilidad de todo el profesorado, y aunque se atienda a los alumnos de forma grupal en las tutorías, la respuesta personalizada a las necesidades de cada uno de los alumnos es un rasgo especial de la tutoría y la orientación en todos los centros educativos.

Junto a la atención a cada alumno, están también las medidas de inclusivas organizativas, derivadas de un enfoque global que proporciona a cada alumno la respuesta a sus necesidades educativas. Así, los centros están preparados para atender a los alumnos con dificultades específicas de aprendizaje, alumnos que se incorporan tardíamente al sistema educativo, flexibilización de grupos, desdobles, apoyos, programas de mejora del aprendizaje y de rendimiento, aulas de enlace,… sin olvidar a los alumnos con altas capacidades intelectuales.

Para finalizar hemos de considerar algunas de las dificultades o retos a las que han de enfrentarse los centros como organizaciones materiales y humanas:

Mayor amplitud de tareas para el profesorado, que además de impartir sus clases, ha de atender a su tutoría, relaciones con las familias, administración educativa, etc, etc, que distorsiona su papel clásico,

Autonomía limitada, en currículo, en selección y retención del profesorado, en apoyos, en financiación,..

– Estudio de la eficiencia de las horas de permanencia en el centro (20 lectivas, 30 de obligada permanencia),

– Fomento del trabajo colaborativo entre docentes,

– Formación de los directores para ejercer el liderazgo (pedagógico, de gestión,..)

Formación continua del profesorado para atender a los retos continuos de la profesión, hiperaulas, neuroeducación, …

– Crear sinergias entre los «agentes educativos» (profesores, padres, alumnos, grupos de edad, medios de comunicación, y administraciones creadoras de leyes y normas educativas),

– Decisión y apoyo para trasladar los proyectos, innovaciones, al aula.

– Creación de una red de cooperación entre centros que fomente la difusión de buenas prácticas.

Referencias Bibliográficas:

Bautista Martínez, A. (2015). Organización, funcionamiento y supervisión de centros educativos innovadores: investigación de carácter educativo. Alicante: Editorial Universal.

Consejo Escolar del Estado (2014a). Escuelas de éxito. Características y experiencias. Participación Educativa, segunda época, vol.3, nº4.

Fullan, M. (2016). La dirección escolar. Tres claves para maximizar su impacto. ISBN: 9788471128195. Recuperado de https://michaelfullan.ca/books/the-principal/

Marqués Graelles, P. (2004). La organización de los recursos tecnológicos de un centro. Las aulas de recursos. Universidad Autónoma de Barcelona. Recuperado de http://peremarques.net/orgrecursos.htm

Valle Aparicio, J.E. (2013). Materiales y recursos didácticos en organización y dirección de centros. Universidad de Valencia. Servicio de Publicaciones.

 

Fernando Tébar Cuesta, Licenciado en Ciencias Exactas en la Universidad Complutense de Madrid, y en Ciencias Económicas y Empresariales. Como funcionario siempre ha estado en la Consejería de Educación, primero como Catedrático de Matemáticas y en la actualidad como Inspector de Educación. Ha publicado numerosos artículos en revistas especializadas sobre Matemáticas y sobre la Inspección Educativa. Miembro de la Asociación Educación Abierta

 
Aquí puedes leer las 101 propuestas y otros artículos como este. Este artículo forma parte de la reflexión conjunta del proceso Calmar la Educación. Seguiremos publicando otras opiniones de personas relevantes del mundo educativo. Queremos generar un espacio de debate plural y abierto a todas las personas interesadas en la transformación educativa.
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