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«La educación del futuro no puede conseguirse centrándonos exclusivamente en la escuela.»

#CalmarEdu nº8. La transformación educativa es un cambio cultural. El debate educativo es un debate social.

El propósito de la educación es compartir nuestro conocimiento con los demás, y tiene por tanto en sí mismo un importante carácter social. Como escribía John Ruskin, ‘en el momento en que utilizamos nuestras posesiones para cualquier buen propósito, el instinto de comunicar dicho uso a los demás se eleva por encima de todo. Si has disfrutado con un libro, quieres que los demás sepan de ello; si has disfrutado con un cuadro, quieres que otros también lo contemplen.” En estos tiempos de Twitter e Instagram la observación de Ruskin parece obvia, y de hecho vemos cómo todos los días este deseo de compartir lo que sabemos ocurre en el mundo educativo. Los docentes comparten con ideas, experiencias y conocimiento todos los días. Y este compartir se extiende, teóricamente al menos, desde la clase a los hogares y entre aulas y centros educativos.

Si la educación tiene ese carácter social, ¿cómo la reflexión y el debate sobre la transformación educativa no van a tener un importante componente social?

La educación del futuro no puede conseguirse centrándonos exclusivamente en la escuela, sino que la reconceptualización implicada supone conseguir una visión que implique a todos, y en este sentido hemos visto cómo en los últimos años la educación se ha situado en el foco del debate público. Si bien es cierto que todavía no se ha pasado de la reflexión a la acción, y que los consensos están resultando bien difíciles, la educación ha pasado de un espacio cerrado, confiable, definido y con fronteras nítidas, a un ámbito público donde es tema de conversación de interés político, social, económico, tecnológico y mediático. Ahora se trata de un tópico abierto y líquido, como líquidos son nuestros tiempos, en constante debate y rodeado de muchas más voces y luces. Son numerosas las voces, procedentes de diferentes sectores y perspectivas, que hablan de un nuevo paradigma, del futuro de la escuela, de qué tipos de habilidades necesitan nuestros estudiantes para enfrentarse a una sociedad incierta. Las administraciones públicas buscan palancas de innovación, excelencia y calidad; los organismos internacionales miden los resultados académicos de los estudiantes; expertos debaten en blogs y foros sobre tendencias, cambios necesarios, nuevos conceptos de escuela; los medios de comunicación comparan unos países con otros y nos hablan de buenas prácticas de Finlandia, o de Corea, o de donde toque en cada momento; las empresas de tecnología nos iluminan sobre la eficacia de sus tabletas o de sus herramientas de software; las compañías de telecomunicación se posicionan también en el mundo educativo; los docentes ya no son los únicos garantes del contenido, y aparecen diferentes tipos de proveedores… Parece que por fin hay nuevos y numerosos actores de la transformación educativa, y podríamos decir que ya era hora, que los sistemas educativos, sus objetivos y sus logros, sus retos y sus desafíos competen a todos los ciudadanos.

Porque además vivimos en una sociedad cambiante, crecientemente compleja, multiética, multiétnica, en plena transformación, y este cambio significa una oportunidad para trabajar por una educación mejor, más inclusiva y participativa, más justa y equitativa, que responda a la diversidad de nuestra sociedad y que nos ayude a superar el actual desapego por el aprendizaje, las barreras que siguen existiendo hacia el mismo, el abandono y el fracaso escolar. Una gran oportunidad para abrir y ampliar el debate sobre los fines de la educación a un debate calmado en el que participemos todos, toda esa nueva comunidad educativa que implica a los alumnos y a los profesores, a las direcciones de los centros y a las administraciones públicas, a las familias, a las instituciones públicas y privadas, y en definitiva a todos.

Manuela Lara Lara: Desde octubre de 2010, responsable del área de proyectos y desarrollos de Santillana Negocios Digitales, área desde la que investiga en temas y programas innovadores para Santillana Global. Antes de asumir este papel, ha trabajado en diferentes proyectos relacionados con educación y tecnología para Grupo Santillana, Santillana Educación o Prisacom.

Aquí puedes leer las 101 propuestas y otros artículos como este. Este artículo forma parte de la reflexión conjunta del proceso Calmar la Educación. Seguiremos publicando otras opiniones de personas relevantes del mundo educativo. Queremos generar un espacio de debate plural y abierto a todas las personas interesadas en la transformación educativa.
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