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«La alimentación y el ejercicio físico deben acercarnos a objetivos más sociales que individuales.»

#CalmarEdu nº42. Una alimentación correcta y el ejercicio físico adecuado son condiciones previas para la equidad del sistema educativo.
 

“La consecución de un alma sana en un cuerpo sano, tal es el fin de la educación”

John Locke

Los pilares básicos que sustentan nuestro sistema educativo son calidad y equidad; así se pronuncia nuestro ordenamiento jurídico. El resto de valores inspiradores del conjunto ordenado de ideas que nos otorga madurez educativa derivan de “estas dos caras de la misma moneda”; así se pronuncian nuestros teóricos. La equidad se convierte, por tanto, en nuestro tótem como docentes, subordina el resto de factores indicativos de la calidad que reciben los alumnos en las aulas a la consecución de este cariz en nuestro sistema.

En el preámbulo de la actual ley orgánica de educación nos tropezamos con una primera afirmación igual de dogmática: “las sociedades actuales conceden gran importancia a la educación que reciben sus jóvenes, en la convicción de que de ella dependen tanto el bienestar individual como el colectivo”. Independientemente de que estemos de acuerdo o no con esta afirmación, unir hoy bienestar individual y colectivo en la misma frase, se nos antoja como algo cuanto menos aventurado, tanto como lo es conseguir una disolución de agua y aceite en un vaso. Reconozcamos nuestra impotencia para conseguir algo colectivo que no sea la suma de individualidades y tendremos mucho ganado. Estaremos dando el primer paso para edificar un sistema equitativo y, por ende, de calidad.

En una sociedad en la que el individuo se erige en el centro de atención, su aspecto físico deja de ser el recipiente de la mente de otras épocas. Ahora, se convierte, muy a menudo, en el único factor identitario. Cuántos de nuestros alumnos y alumnas eligen un pensamiento, una idea, un hecho para definirse…, cuántos eligen una estereotipación de su cuerpo para conseguir el ansiado éxito social. En esta época de hipertrofia de la buena imagen, los patrones de belleza se tornan fundamentales, también los buenos hábitos de salud; el esfuerzo individual y colectivo por unir bienestar físico y psíquico erige a este fin en el punto central de nuestra cultura. Tal vez la sociedad ha elegido creerse el ideal clásico de unión de mente o cuerpo…, aunque tal vez esto es solo un espejismo, la antesala de algo peor. Los docentes debemos empeñarnos en normalizar valores individualizados de belleza, acercarlos a patrones reales, esforzarnos en la laboriosa tarea de que nuestros educandos se encuentren bien en su propio cuerpo. Estaremos cimentando también un sistema equitativo.

La alimentación y el ejercicio físico deben acercarnos a objetivos más sociales que individuales. El equilibrio en nuestras prácticas diarias y un buen desarrollo de pautas de salud adecuadas deben unirnos, también, con patrones identitarios instalados en nuestra sociedad. Debemos superar esa imagen de alguien que corre en una cinta frente una pared o come solo con la música en los oídos mirando a una pantalla con el fin de alcanzar un cuerpo que en su mente nunca tendrá. El desarrollo personal, moral y cultural de nuestro alumnado debe ser siempre social; debe primar sobre el éxito basado en una imagen sesgada, artificiosa, arrebatada al tiempo real con una pose que mostrar. Los patrones alimenticios y la actividad física son también fundamentales a la hora de potenciar seres sociales. Estos buenos hábitos no deben ir encaminados solo a aparecer con una imagen personal atractiva, modélica, influyente, privilegiada… deben sustentarse en la consecución de seres morales, contribuir a edificar una sociedad equitativa.   

Luis Vaquerizo García: Doctor en Comunicación Audiovisual. 2011. Universidad de Sevilla y Doctor en Antropología Social y Cultural. Profesor de Enseñanza Secundaria. Especialidad E.F. desde 1993 e Inspector de Educación desde 2010.

Aquí puedes leer las 101 propuestas y otros artículos como este. Este artículo forma parte de la reflexión conjunta del proceso Calmar la Educación. Seguiremos publicando otras opiniones de personas relevantes del mundo educativo. Queremos generar un espacio de debate plural y abierto a todas las personas interesadas en la transformación educativa.
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