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«El miedo desaparece cuando se valora la diversidad como una riqueza. «

#CalmarEdu nº99 bis. La barrera social más significativa, la del miedo al diferente, afecta a la escuela. Trabajar la empatía en el aula ayudará a crear una sociedad en la que se pueda ser diferente sin temor.  

En la calle me preguntan:   

¿Es usted Gloria Fuertes?   

– De vez en cuando.            

Gloria Fuertes

En mis años de experiencia como orientadora en un instituto de educación secundaria de la zona norte de Madrid he podido constatar la gran diversidad que existe en las aulas: diversidad cultural, distintas capacidades, diferentes nacionalidades, diferentes situaciones socio económicas, distintos ritmos de aprendizaje, distintas formas de ser y de aprender…. Esto reproduce la diversidad que existe en la sociedad y que supone retos y oportunidades para aprender y mejorar.

Para atender a tanta diversidad en los centros ha sido necesario ir adoptando metodologías que aseguren la cooperación entre el alumnado fomentando tanto el aprendizaje propio como el de los demás, potenciando la participación de todos y la construcción de relaciones positivas.

Los conflictos que se derivan de dicha diversidad a menudo tienen su origen en prejuicios que muchas veces nacen del desconocimiento. El miedo al diferente parte de las propias inseguridades del niño o adolescente, del temor a no ser aceptado por los iguales e incluso ser rechazado por no observar las normas no escritas de su grupo “tribu” respecto a otros grupos “tribus”.

Pero el diferente no se refiere sólo al alumnado, los docentes pueden experimentar en cierto modo un sentimiento similar: diferente es un compañero nuevo que se incorpora a mi departamento y que por su empuje innovador y trabajo pone en cuestión mi propio esfuerzo, mis ideas y valores; diferente es cada familia que viene a cada entrevista y que somete a crítica mi labor o la del centro; diferente puedo ser yo mismo respecto a mis compañeros que no comparten mis ideas políticas, religiosas, culturales, educativas…, diferentes son las nuevas metodologías que me ofrecen las nuevas formas de trabajar con los alumnos, de organizar el aula….

El docente también puede llegar a experimentar ese miedo que produce el salir de la propia zona de confort, ese miedo que cuestiona las certezas pedagógicas. Lo puedo vivir como una amenaza porque me aleja de la comodidad de seguir haciendo lo que me había funcionado hasta ahora o porque me obliga a innovar o a conocer.

El miedo a lo diferente es un problema real que atenta al desarrollo de las sociedades (personas) abiertas, como mostró Karl Poper. En el ámbito educativo pueden aflorar esas reacciones instintivas de miedo al cuestionarse, ante la incertidumbre de los cambios y de lo diferente, las propias creencias que tiene cada profesor acerca de la enseñanza. Dichas creencias que ofrecen seguridad ante la incertidumbre o lo diferente se pueden tambalear provocándose el miedo.

Para poder superar estos miedos es preciso empezar a atreverme a conocer, a entender…al otro. Y así llegaré a aceptarlo o al menos respetarlo.

Trabajar la empatía en el aula, desarrollar la inteligencia interpersonal, la capacidad de empatizar con los demás, la habilidad de detectar y entender las circunstancias y problemas de los otros hará que los alumnos puedan dar lo mejor de sí mismos,que puedan ser ellos mismos sin miedo al rechazo.

Para que la diversidad pase de ser un problema a una oportunidad educativa de enriquecimiento cultural, tolerancia y paz social es preciso que los centros generen actividades y ámbitos donde las distintas culturas y sensibilidades puedan darse a conocer. “Desarrollar la afectividad, la ternura y la sensibilidad hacia quienes nos rodean, favoreciendo el encuentro universal con los otros y valorando los aspectos diferenciales más localistas y particulares (sexo, edad, raza, nacionalidad,…) como elementos enriquecedores de ese encuentro” es uno de los objetivos que Manuel Méndez y Pilar Llanderas señalaban que deberían incorporarse a los curriculum para educar en la cultura de la paz.

Desmontar el miedo al diferente precisa de años de cultivar una cultura de centro que haga explícita la inclusión no como un bello horizonte inalcanzable, sino como un proceso de transformación del centro en el que se potencia la participación del mayor número de familias, del alumnado, del profesorado y, por supuesto, contando con el apoyo indispensable de la administración educativa. El miedo desaparece cuando se valora la diversidad como una riqueza. Y esto se consigue construyendo día a día experiencias de cooperación que pongan a los alumnos y docentes en situación de relacionarse, fomenten la corresponsabilidad y entrenen la empatía.

María Sanz Graciani: Psicóloga, Orientadora. Formación del profesorado. Jefa del Departamento de Orientación del CRIF Las Acacias.

Aquí puedes leer las 101 propuestas y otros artículos como este. Este artículo forma parte de la reflexión conjunta del proceso Calmar la Educación. Seguiremos publicando otras opiniones de personas relevantes del mundo educativo. Queremos generar un espacio de debate plural y abierto a todas las personas interesadas en la transformación educativa.
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