Esperanzada incertidumbre polisémica
Entiendo la incertidumbre como una útil herramienta de formación cuando genera dudas y permite que el momento de la elección se extienda. Debemos proponer la necesidad del uso de los mecanismos electivos como sistema de aprendizaje personal. La incertidumbre es un vehículo para el conocimiento en la medida en que se gestione con habilidad para disponer de argumentos que permitan esclarecer certezas. La incertidumbre puede resultar patológica cuando no se convierte en un elemento estabilizador para sondear el futuro. La incertidumbre es un estado donde pivotar esperanzados.
Aparentemente, la ineficacia de la incertidumbre está consensuada en una sociedad acostumbrada a obtener respuestas y resultados inmediatos. Gestionamos estímulos informativos al instante; manejamos datos casi sin tiempo de valorar adecuadamente su veracidad, alcance o consecuencias. El empleo de la incertidumbre, en distintos aspectos vitales, mantiene un pulso con las actitudes resolutivas precipitadas, pero también con el valor de la seguridad de nuestra conducta. Emplear la incertidumbre como método de contacto implica habitar un espacio aplicado a la duda selectiva. Disponer de habilidades de elección autónoma agiliza los resortes personales de creatividad, de responsabilidad y también de esperanza.
¿La certeza finaliza con la incertidumbre?
¿Es la vehemencia opuesta a la incertidumbre?
¿Es la duda incertidumbre?
¿La incertidumbre cesa?
¿La incertidumbre es romántica?
El ámbito de la incertidumbre sistemática se convierte en un territorio frágil, incluso angustioso, por su capacidad de generar infinitas bifurcaciones. Aparece como un campo donde debatir posibilidades. Las alternativas resolutivas se multiplican en el medida en que la complejidad de la pregunta lo requiera, o resulte preciso debido a la demanda de certeza. Se puede disponer de respuestas y soluciones adecuadas hasta alcanzar el convencimiento. Una solución operativa consiste en disponer de un sistema cognitivo que coordine con eficacia la información; que regule el alcance de las verdades dadas, y que finalmente nos sirva para desarrollar las capacidades personales con rigor y criterio. El margen temporal y emocional de la incertidumbre resulta imprescindible.
Un gran logro para el futuro consiste en no desdeñar el estado de incertidumbre. Permitirse habitarlo el tiempo necesario, sin apremiar su desvanecimiento. Para ello, creo que es esencial acostumbrarse al dominio del empleo cotidiano de un Método de la duda personal. Entiendo que será imprescindible estimular la creación de sistemas útiles que vinculen la incertidumbre con el debate, la argumentación, la comparación y el estímulo, más que con la toma de decisiones apremiantes que apacigüen la espera. Motivar la sensación latente de la llegada a la meta serena; valorar la reflexión en el recorrido, como una valiosa herramienta personal de relación con el mundo. Manejar el espacio para calcular el momento en que resulte preciso actuar en consecuencia.
Los procesos creativos de educación que inciden en las capacidades de plantear incertidumbres son grandes resortes para evocar, retener y constatar. Los procesos específicos de la creación artística se revelan como un método valioso; sirven para cuestionar y generar habilidad ante la novedad y la búsqueda de alternativas personales. El arte gestiona planteamientos complejos, enfoques difusos, y sirve para renovar nuestra mirada. No requiere la urgencia de una sola respuesta, puesto que la interpretación de la obra implica diversidad polisémica. Incluso llegamos a la reflexión de que cualquier respuesta puede ser adecuada, aunque nunca sería completamente satisfactoria; o podrían llegar a serlo todas, por muy contradictorias que resultasen.
Y defiendo con firmeza que este es un gran valor de la cultura, y específicamente de la incorporación de la incertidumbre polisémica como valor para el futuro. Tratar de asumir y barajar la incapacidad de alcanzar una sola respuesta, una consecuencia unívoca. En una sociedad de la información inmediata, tan compleja y cambiante como la nuestra, parece muy importante analizar respuestas y plantear dudas. Pensar en la utilidad de la incertidumbre como medio de aprendizaje y dotar a la extrañeza de la posibilidad de convertirse en una duda motriz.
Una mirada atenta dispone de los mecanismos para sorprenderse con el cuestionamiento de preguntas sin respuesta. Planteamos, como método de aprendizaje, y específicamente con el empleo de la creación artística, conflictos/interrogantes que posiblemente no deban resolverse, o cuya solución resulte irrelevante. Incidimos en el valor del cuestionamiento de una pregunta salvaje. Un cuestionamiento positivo.
La incertidumbre templa la elección. Permite alcanzar una vía personal certera. Incertidumbre esperanzada. Una esperanza que nos hable de calma, de la satisfacción del resultado y del mismo placer al plantearnos el empleo de la incertidumbre. Incertidumbre constante, abundante y útil.
José Luis Vicario es Licenciado en Bellas Artes por la UPV en 1992, se doctoró en esta misma universidad en 1999. Su formación se completa con un postgrado en la Kunst Akademie, de Dusseldorf (1993) con Toni Cragg, y cursos en en la Parsons School of Design, de Nueva York(1999), en la Academia de España en Roma (2002) y en la Hispanic Society of America, de Nueva york (2002). Ha sido además merecedor de varios premios y becas como la beca de la Fundación Marcelino Botín de Santander en 1998, la Mención Especial del Premio Internacional Fundación Pilar Juncosa y Joan Miró en 2000 y en 2002 el Primer Premio de Escultura Generación de Caja Madrid.
Aquí puedes leer las 101 propuestas y otros artículos como este. Este artículo forma parte de la reflexión conjunta del proceso Calmar la Educación. Seguiremos publicando otras opiniones de personas relevantes del mundo educativo. Queremos generar un espacio de debate plural y abierto a todas las personas interesadas en la transformación educativa.
Gracias Minerva y que lindo como lo expresas!viagra pills