«Para conseguir el éxito educativo del alumnado no nos podemos centrar únicamente en la actividad de las aulas, hay que contemplar todo el centro”
– Proponer el nombramiento en comisión de servicio de miembros del equipo directivo y de responsables de proyectos que se desarrollen en el centro.
– Nombrar a los jefes de departamento, sin más limitaciones que la pertenencia al mismo, y asignar las horas de dedicación semanal al cargo.
– Designar a los coordinadores de proyectos y planes educativos con la dedicación horaria correspondiente.
– Intervenir en la definición de las características que deben tener determinados puestos de trabajo docentes, fijando los requisitos de titulación y capacitación profesional para cubrirlos, y participar en las comisiones de selección para su provisión.
– Poder organizar formación específica del personal docente y exigir requisitos de formativos para el desempeño de sus funciones.
– Participar en la concesión de comisiones de servicio, y proponer la prórroga de las existentes.
Estas medidas sin duda contribuirían en gran manera al desarrollo de los planes estratégicos de los centros, contribuyendo con ello a su mejora y en definitiva a la mejora del sistema educativo. La mejora sólo se puede conseguir en los centros, que son los verdaderos artífices de la educación de los alumnos.
Se puede observar fácilmente que es una de las medidas de menor coste, ya que no se trata de aumentar recursos si no de distribuirlos y asignarlos adecuadamente y con la finalidad de alcanzar la mejora deseada.
La autonomía de los centros está contemplada en las recientes leyes educativas: Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. Jefatura del Estado «BOE» núm. 106, de 4 de mayo de y Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa. Jefatura del Estado «BOE» núm. 295, de 10 de diciembre de 2013. En ambas, la idea de conceder más autonomía a los centros se postula como uno de los pilares para lograr mayor calidad en los mismos. Y por supuesto dentro de esta autonomía debe reconocerse la autonomía de gestión de los recursos humanos de los mismos.
Pilar de los Ríos Murillo: Es licenciada en Ciencias matemáticas por la Universidad Complutense de Madrid (año 1980). Terminada la carrera se incorpora a trabajar como profesora no numeraria en la Escuela Técnica de Telecomunicaciones de la Universidad Politécnica de Madrid. Desde entonces su labor profesional se ha desarrollado dentro del ámbito educativo, ocupando además cargos de responsabilidad en este ámbito. Desde 1984 es profesora de secundaria de la especialidad de matemáticas, ocupado diversos cargos directivos: Directora en el Instituto de la Puebla de Montalban (Toledo) durante el curso 1985/1986, Vicedirectora del IES Palomeras Vallecas desde el curso 1990/1991 al curso 1993/1994 y Directora de este mismo centro desde este curso, cargo que ha ocupado ininterrumpidamente hasta la actualidad. Participa además activamente en asociaciones de ámbito educativo. Pertenece a ADIMAD (Asociación de directores de Instituto de Educación Secundaria de la Comunidad de Madrid) desde su constitución, ostentando la Presidencia de la misma desde el año 2013. Pertenece a la junta directiva de FEDADI (Federación de asociaciones de directivos de instituto), de ámbito estatal, en donde actualmente ocupa el cargo de tesorera.
Aquí puedes leer las 101 propuestas y otros artículos como este. Este artículo forma parte de la reflexión conjunta del proceso Calmar la Educación. Seguiremos publicando otras opiniones de personas relevantes del mundo educativo. Queremos generar un espacio de debate plural y abierto a todas las personas interesadas en la transformación educativa.