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«Hay que disminuir la “hipermedicalización” como solución a necesidades educativas»

#CalmarEdu nº43. La coordinación entre los profesionales de la salud con los de la educación, debe cubrir las necesidades básicas y evitar problemas de medicalización como soluciones rápidas a diferentes necesidades educativas.

«El que quiere hacer algo consigue un medio, el que no, una excusa.»

Stephen Dolley

“Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo”. Gran reflexión de Mahatma Gandhi, que nos debe ayudar a recordar que el entorno no evoluciona por sí mismo, o en cualquier caso lo haría mejor con la suma de los pequeños cambios que podemos aportar cada uno de nosotros, como en este caso con las “101 ideas para calmar la educación” y, especialmente en el caso que nos ocupa, en la necesaria, obligada e imprescindible coordinación entre los profesionales de la salud y los de la educación, donde las “soluciones rápidas” no son siempre las mejores, ni en resultados ni en eficiencia; son dos áreas especiales para mejorar el desarrollo de la humanidad, pero siempre desde una adecuada planificación  de objetivos realmente alcanzables.

Deberíamos comenzar por aceptar que la mejor Sanidad, la que todos merecemos, no debe nunca planificarse en base a los intereses de los profesionales, de los políticos o de las instituciones, sino de las personas sanas o enfermas, que son en definitiva los beneficiarios últimos del Sistema. Y de igual modo sucede con la “mejor Educación”, que ha de planificarse en base a las necesidades de la sociedad que han de cubrirse con la excelencia en la formación de nuestros niños y jóvenes.

Dicho de otro modo, tanto los profesionales sanitarios como los de la educación, los políticos y las instituciones, han de considerarse, y no es cosa menor, como los verdaderos recursos humanos, los necesarios instrumentos para conseguir nuestros objetivos. Pero para ello, necesitamos de verdaderos programas de formación de Grado, de Postgrado y Continuada, que deberán ir cambiando a medida que cambian las necesidades de la población, y en nuestro caso en particular en materia de “educación en salud”.

De ahí, la necesidad de establecer entre todos un verdadero “pacto de estado por la educación y la sanidad”, si aceptamos estas premisas preliminares, en las que los verdaderos protagonistas deben ser los ciudadanos.

Se debate en distintos foros sociales y profesionales, y desde hace mucho tiempo, sobre la conveniencia de contar con profesionales de enfermería en el medio escolar, algo que ya se hace en algunas Comunidades Autónomas como la de Madrid, amén del papel que debe jugar en la Escuela, tanto en el fomento de la salud como en la prevención, y llegado el caso en el tratamiento, cualquier profesional sanitario que preste sus servicios en el nivel de Atención Primaria, concretamente en el Centro de Salud al que corresponda el centro educativo.

Pero siendo esto importante, lo que a mi juicio se hace imprescindible para contribuir a disminuir y evitar el “hiperdiagnóstico” y la “hipermedicalización”, es potenciar la formación adecuada y debidamente planificada en todos los niveles de formación académica y continuada, a los maestros y profesores, y al menos en los siguientes puntos cardinales:

Urgencias vitales: Utilización adecuada del 112, Entrenamiento en el Código P.A.S. (Proteger, Avisar, Socorrer), Parada Cardiorrespiratoria y Muerte Súbita (RCP), Obstrucción de Vías Aéreas  y “maniobra de Heimlich” (capuchón de bolígrafo o rotuladores, clips, gomas de borrar…), Maniobra de Posición Lateral de Seguridad, Alergias y shock anafiláctico (utilización correcta de Adrenalina), Asma, Epilepsias, Convulsiones, Hipoglucemias, Pérdidas de conciencia y Síncope.

Práctica en el funcionamiento de los desfibriladores semiautomáticos (uso ya regulado por Decreto en la Comunidad de Madrid). También resulta imprescindible en este tema, la formación del personal “no docente” de los centros educativos (Personal de Administración y Servicios-P.A.S.).

Urgencias en general y primeros auxilios: Caídas, fracturas, torceduras, golpes, heridas varias, hemorragias nasales, quemaduras, cuerpos extraños en ojos u oídos, picaduras y mordeduras, parásitos (piojos), pérdida traumática de un diente, amputaciones…

Responsabilidad en el contenido y revisión mensual del botiquín obligado en los centros escolares. (Medicamentos necesarios en frigorífico, como la Adrenalina o la Insulina).

Hábitos saludables: alimentación (comedores escolares y maquinas expendedoras de calorías vacías Vs calorías saludables), ejercicio físico, posturas ergonómicas, consumo de tabaco, alcohol y otras drogas, nomofobia y otras fobias.

Detección precoz: Alteraciones visuales y auditivas, problemas de comunicación y sociabilidad, trastornos del espectro autista (Autismo, Síndrome de Asperger), déficit de atención, hiperactividad, (Trastornos por Déficit de Atención con Hiperactividad), alteraciones en la espalda (peso adecuado en las mochilas), adicción a las nuevas tecnologías (teléfono móvil, tabletas, maquinitas…).

Tolerancia cero ante todo tipo de violencia, discriminación y acoso escolar (violencia entre pares, violencia doméstica…).

Y todo lo dicho, sin olvidar la importancia que a mi juicio debe cobrar la “autoridad”, no el “autoritarismo”, tanto de los maestros y profesores, como de los distintos profesionales sanitarios, quienes debemos potenciar nuestra autoestima, confianza y credibilidad.

Un Modelo de Estado centrado en los ciudadanos, con los necesarios pactos de en materia de Educación y Sanidad y la formación de los profesionales de la enseñanza en las materias citadas, y la ayuda de los profesionales sanitarios de los Centros de Salud, contribuirá sin duda alguna a garantizar la salud de nuestros niños y jóvenes y a disminuir notablemente la “hipermedicalización” que hoy se practica con mucha frecuencia, como la solución más rápida a diferentes necesidades educativas.

Jesús Sánchez Martos es Catedrático de Educación para la Salud en la Universidad Complutense de Madrid.

Aquí puedes leer las 101 propuestas y otros artículos como este. Este artículo forma parte de la reflexión conjunta del proceso Calmar la Educación. Seguiremos publicando otras opiniones de personas relevantes del mundo educativo. Queremos generar un espacio de debate plural y abierto a todas las personas interesadas en la transformación educativa.

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