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«El derecho a aprender de todos supone el diseño de estrategias de enseñanza para todos.»

#CalmarEdu nº5. El interés superior de los niños y jóvenes es la razón de ser de cualquier actuación del sistema educativo.

A veces parece que quienes trabajamos para mejorar la educación nos enfrentáramos a un cúmulo de obviedades. ¿Quién podría dudar que un el sistema educativo debería estar diseñado para responder al interés de los niños y jóvenes? Sin embargo, en los hechos asistimos a una tremenda sobrecarga de demandas que traccionan para que el sistema responda a las demandas sociales y termine dejando en último lugar lo que es realmente importante.

Uno de los ejes más paradigmáticos es el hecho de pensar el sistema alrededor de las demandas del mundo del trabajo. ¿Es ese acaso el sentido central de la educación? No se trata de hacer de la escuela una burbuja alejada de la sociedad, pero definir sus metas en relación a lo que exige el mercado marca un abismo de diferencias.

Junto a los tremendos cambios sociales y tecnológicos de las últimas décadas, la escuela pasó a ser el “blanco de las demandas” por excelencia, en algunos casos como los países latinoamericanos se sumó la necesidad de ampliar el acceso de los estudiantes de manera masiva para garantizar los derechos de todos. La escuela del siglo XXI, las computadoras, las redes, el peso de los cambios tecnológicos, ha desviado el eje de la necesidad de replantear la propuesta de los sistemas desde los nuevos perfiles de los estudiantes. ¿Para quiénes los cambios?

La frase “El interés superior de los niños y jóvenes es la razón de ser de cualquier actuación del sistema educativo”, rescata el propósito educativo, pone en evidencia la superioridad de los “supuestos” que estos, sin lugar a duda deben reconsiderarse en función de los cambios en las generaciones presentes.

¿Cuáles son entonces los intereses superiores de los niños y jóvenes de la actualidad?

En algún momento parece haberse perdido de vista a los destinatarios y ahora, frente a los evidentes cambios tecnosociales hay un comportamiento y voces que declaran que todo cambió.

Antes, en los orígenes de los sistemas educativos, cuando el saber estaba focalizado en los estudiosos, en los maestros, parecía ser coherente la estrategia: principalmente había que traspasar conocimiento de uno a muchos. Ahora frente a un conocimiento disperso, accesible y distribuido y una participación desde la opinión basada en el saber, el perfil de los destinatarios se presenta diferente y motoriza la necesidad del cambio de estrategia y concepciones del mundo educativo.

Los niños y adolescentes opinan, relacionan, participan, transfieren, interactúan, a través de sus indagaciones y disponibilidad de conocimiento. Llegan a las escuelas cargados de ideas y pensamientos que muchas veces no encuentran espacio dentro de ellas. Es como convivir en mundos paralelos a donde la motivación aparece reflejada solamente en uno de ellos.

¿Tenemos que hablar entonces de una escuela basada en el aprendizaje solamente? ¿Cuál es hoy el lugar de la enseñanza? ¿Puede el autoaprendizaje que se produce por la misma ubicuidad ser el eje de la vida escolar? Resulta necesario volver a plantear los objetivos y sentidos de la enseñanza teniendo en cuenta sus características, sus contextos, sus trayectorias.

Pareciera que lo pendiente hoy nos retrotrae a las grandes preguntas de la Didáctica: cómo enseñar y qué enseñar. ¿La influencia de la tecnología que hoy diluye las barreras de la escuela puede poner al interés de los niños y jóvenes en el centro de la actividad escolar? ¿Qué lugar ocuparía el curriculum frente a esto como selección social de contenidos válido para un momento histórico determinado? ¿Cómo aparecen las características de las nuevas generaciones reflejadas en el curriculum? Mucho se ha planteado acerca de la diversidad, el trabajo colaborativo, el derecho de aprender. ¿Tenemos currículos que recogen y plasman estas ideas?

El derecho a aprender de todos supone el diseño de estrategias de enseñanza para todos. Pero, como sabemos, no existe un modelo o un genérico para enseñar y esa es en definitiva, la gran innovación que se necesita cuando pensamos la finalidad y el sentido de las acciones educativas. Tal vez la vorágine en que están inmersas las instituciones no permita ver hoy lo esencial. Sin embargo, en la medida en que posterguemos la solución a este problema seguiremos haciendo un “como si” en las escuelas y estaremos eludiendo dar respuesta a lo más elemental y necesario: que los niños y jóvenes recuperen el deseo de aprender dentro de las escuelas, porque fuera de ellas lo tienen y con creces.

Dice Nicholas Burbules (2014):
“La escuela, en este modelo, es como una especie de centro concentrador: un espacio que acerca, coordina y sintetiza recursos de aprendizaje diversos. De este centro salen líneas que lo conectan con otras actividades y entornos de aprendizaje; muchos de ellos fuera del control y de la influencia de los educadores. Pero donde los educadores continúan teniendo influencia es en la formación de los jóvenes para que puedan evaluar e integrar las diferentes experiencias de aprendizaje que suceden en estos otros entornos menos planificados.”

Esas barreras “desdibujadas” que hoy nos muestra la ubicuidad del aprendizaje es en realidad la oportunidad que se nos presenta para hacer de las escuelas el lugar a donde generar, crear y compartir nuevos conocimientos que no puedan ser producidos en otros contextos. La enseñanza se resignifica en este nuevo paradigma pero no pierde valor. Por cierto, solamente podremos lograrlo si nos detenemos un poco a pensar sobre lo importante en vez de responder solamente a lo urgente. Algo que sin dudas hoy nos está proponiendo #CalmaEdu.

Débora Kozak. Vicepresidenta de la Asociación Educación Abierta Latam, profesora y rectora de la Escuela Normal Superior Nro. 1 de la Ciudad de Buenos Aires.

 

 

Miriam Goldszier. Asociación Educación Abierta Latam

 
 
 
Aquí puedes leer las 101 propuestas y otros artículos como este. Este artículo forma parte de la reflexión conjunta del proceso Calmar la Educación. Seguiremos publicando otras opiniones de personas relevantes del mundo educativo. Queremos generar un espacio de debate plural y abierto a todas las personas interesadas en la transformación educativa.
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