“La escuela recursiva; aprendizaje en común”

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«La escuela recursiva: aprendizaje en común» tendrá lugar el próximo 19 de octubre en la HiperAula de la UCM de 10:00 a 14:00.


AGENDA de la JORNADA:
10:00-10:10 Bienvenida y presentación de la jornada Isabel Navarro y Alfonso González Hermoso de Mendoza
10:15-10:25 Desde el centro a la sociedad; repercusión en currículo formal e impacto en la vida de su comunidad. Angel Luis García Aceña, Director del IES Miguel Catalán de Coslada
10:25-10:35 Caminos escolares. El caso de San Lorenzo del Escorial. Mercedes Llop Pomares de GEA 21
10:35-10:45 Desde la sociedad al centro. Aprendizaje no formal con incidencia curricular. Práctica de Fundación Créate sobre un centro, CEIP Ntra. Señora de Fuencisla. Rosa Mejías, de Fundación Créate; Nuria Fernández y Emi Pérez, Equipo directivo del colegio.  
10:50-13:30 Mesas de diálogo (ver más adelante temáticas).
13:30-14:00 Puesta en común de las preguntas y reflexiones de cada una de las mesas de diálogo.

Si quieres participar en la jornada, puedes inscribirte aquí.

«Recursividad: la posibilidad de que yo reconozca que él o ella me ven viéndolo, que existe un mutuo reconocimiento no solamente físico sino, sobre todo, intencional, que tras los ojos de aquel que me ve viéndolo existe una voluntad propia, ajena a la mía, posiblemente con sus propios intereses, que tendré que atraer y conquistar para que exista la posibilidad de que compartamos y cultivemos intereses comunes.»

Joaquín Rodríguez, Primitivos de una nueva era.

Los centros educativos son nodos que vertebran un complejo entramado de instituciones educativas. Redes no siempre visibles, redes casi nunca homogéneas, espacios cotidianos casi siempre por construir. Con el mismo convencimiento con el que insistimos en que la escuela, como sinécdoque del sistema educativo formal, no es la única institución educativa, y que la educación es un proceso que dura toda la vida, caemos en la tentación de hacer culpable al sistema educativo formal de un sinfín de problemas a los que desde la sociedad en su conjunto, y de manera especial desde los gobiernos, no sabemos, o no queremos, enfrentarnos desde sus orígenes.

Frente a esta posición no faltan quienes profesan un ocasionalismo educativo, liberador de conciencias, que convierte a la escuela en la responsable de cada uno de los comportamientos sociales, y especialmente de los antisociales. El objetivo de esta jornada es hacer evidente estas relaciones ocultas y reflexionar sobre cómo lo que sucede en la escuela afecta al conjunto de la sociedad; de igual manera que la actividad de innumerables entidades, pequeñas o grandes, formales o espontáneas, globales o locales, caritativas o empresariales, privadas o públicas… influye de manera determinante en la educación de los alumnos escolarizados.

En la realidad desvertebrada, a pesar de todo, ilusionante y, en no pocas ocasiones, frustrante de la educación española, vemos cómo cada vez más los centros se afanan en trabar alianzas externas que les permitan ampliar los aprendizajes de sus alumnos; a la vez que buscan convertirse en nodos de innovación social capaces de transformar desde sus experiencias los entornos más próximos. Las metodologías activas de aprendizaje, en sus múltiples formatos, el impulso de los marcos curriculares competenciales, la influencia de la neurobiología, la búsqueda de un aprendizaje significativo, o la necesidad de una alfabetización múltiple, con independencia de la regulación, y en no pocos casos al margen de las administraciones educativas, soportan la acción de miles de profesionales que buscan hacer real la necesidad compartida de una educación abierta.

La jornada comenzará con tres ponencias que servirán de introducción a las posteriores mesas de diálogo. Tres experiencias interesantes que sitúan la escuela como un nodo fundamental de la innovación social:

  1. Desde el centro a la sociedad; repercusión en currículo formal e impacto en la vida de su comunidad. Angel Luis García Aceña, Director del IES Miguel Catalán de Coslada
  2. Caminos escolares. El caso de San Lorenzo del Escorial. Mercedes Llop Pomares de GEA 21
  3. Desde la sociedad al centro. Aprendizaje no formal con incidencia curricular. Práctica de Fundación Créate sobre un centro, CEIP Ntra. Señora de Fuencisla. Rosa Mejías, de Fundación Créate; Nuria Fernández y Emi Pérez, Equipo directivo del colegio.

Mesas de diálogo

Democracia dentro y fuera de la escuela.

Coordinador: José Iribas y María Rodríguez Moneo

Sin duda, una de las funciones básicas de la escuela es ayudar a formar ciudadanos competentes y responsables. Sin embargo, con frecuencia nos olvidamos que esta es una tarea compartida, junto a otros agentes -con la familia a la cabeza-, por todos los poderes públicos. Desde los cuerpos de seguridad, pasando por los jueces, el defensor del pueblo, los bomberos o el ejército, por no hablar de los ayuntamientos o de los políticos en general. Todos deben tener un compromiso con la educación más allá de su deber de ejemplaridad.

La sociedad del aprendizaje trae a las administraciones obligaciones que también tiene que aprender a gestionar. Hoy en día, ser un ciudadano responsable supone inevitablemente estar dispuesto a aprender a lo largo de toda la vida, pero para que ello sea posible es necesario que todos los poderes públicos empiecen a dirigir sus recursos a las primeras etapas educativas. La mala educación cívica, o en último término el fracaso de la escuela, es una de las principales puertas a la exclusión, tanto económica, como civil. Una sociedad que no haga posible el aprendizaje ciudadano solo puede deparar pobreza y autoritarismo o sumisión al “discurso oficial” sin el debido análisis crítico.

Por otra parte, la eficacia de políticas sociales clave en un Estado de Derecho, como las que afectan a la violencia de género, la seguridad vial, el tráfico de drogas, las noticias falsas, el acoso, la dignidad e de todos con independencia de las condiciones personales o sociales, los presupuestos participativos, la pederastia, la prostitución, la lucha contra la pobreza… depende de la capacidad de integrar en sus prácticas a las instituciones educativas de manera sistemática. De igual modo la eficacia de las escuelas es deudora de la existencia de un urbanismo que atienda a sus peculiaridades, de una seguridad adecuada o de una movilidad sostenible o de unos medios de comunicación veraces e independientes.  
  

La vivencia de los derechos humanos y la interiorización de las lógicas democráticas son tareas que no pueden entenderse sin la escuela, pero que la escuela no puede realizar por sí sola. 

  • ¿Puede el urbanismo mejorar la educación?
  • ¿Tienen los cuerpos de seguridad u otras autoridades una función educativa? 
  • ¿Deben explicar su trabajo los jueces, militares u otros funcionarios en los centros? 
  • ¿Cómo abrimos los ayuntamientos y sus decisiones a los alumnos?
  • ¿Cómo practicamos la democracia en un centro educativo?
  • ¿El diario camino a la escuela es un periodo educativo?
  • ¿Educan los políticos? ¿deben tener un comportamiento ejemplar para los jóvenes? ¿trabajan por la convivencia entre distintos? ¿anteponen su poder al servicio?
  • Tras haber hablado de agentes externos, ¿cómo hacen posible los mismos el papel que la Constitución Española reconoce a la familia?
  • ¿Educamos en compromiso social? ¿Y en “proactivismo”?
  • ¿Educamos en los derechos y en los deberes?

Salud, dentro y fuera de la escuela.

Coordinadores Charo Fernández y Fernando Plaza  

Nadie discute que la salud es un tema que implica a toda sociedad y no sólo a los hospitales o los centros asistenciales. Salud y sanidad tienen una relación semejante a la que se corresponde con el aprendizaje y la educación. Además, sanidad y educación son las dos grandes áreas del Estado de Bienestar. Conseguir que el derecho a aprender goce de la valoración social, de la organización y de la regulación que tiene el derecho a la salud debería ser un objetivo básico del sistema educativo. 

Sin embargo, el sistema de salud y el sistema educativo, salvo excepciones, se ven como mundos distantes y distintos. Integrar estos dos mundos es un objetivo necesario, no sólo para humanizar la sanidad y mejorar la eficiencia de la políticas sanitarias, sino también para mejorar el aprendizaje de los alumnos. Las posibilidades de cooperación son tantas, como dificultades para ponerlas en práctica.  

Si queremos atender la medicalización de los problemas de aprendizaje, los hábitos alimentarios, el uso responsable de los fármacos, el ejercicio físico y el deporte, las prácticas sexuales de riesgo, la vacunación, la prevención de enfermedades, el tabaquismo, el consumo de drogas, la atención a los alérgicos y a los accidentes escolares, la prevención de trastornos mentales, el control del gasto sanitario, o sencillamente, si lo que queremos es educar en el cuidado de nuestro cuerpo, en la singularidad de cada ser humano o en la empatía con los que sufren, tendremos que reconocer que la coincidencia de objetivos entre las políticas y las prácticas sanitarias y educativas es tan grande como seamos capaces de gestionar. 

  • ¿Hay que repensar la relación entre los centros de atención primaria y los centros educativos?
  • ¿Pueden los alumnos aprender en los Hospitales?
  • ¿Tiene sentido coordinar las actividades e instalaciones deportivas de los centros y de los ayuntamientos?
  • ¿Cómo evitamos que los problemas de aprendizaje sean medicalizados?
  • ¿Están capacitados los docentes para atender los problemas de las adicciones de los alumnos?
  • ¿Se puede repensar la relación entre emociones, práctica deportiva y salud mental?
  • ¿Educan los profesionales de la salud cuando realizan actividades asistenciales?
  • ¿Cómo se aborda la adicción digital, que tiene unas consecuencias aún desconocidas sobre el sistema sanitario y sobre el futuro de la sociedad en sí?
  • ¿Cómo desarrollamos hábitos saludables desde la infancia, para una adolescencia más plena?
  • ¿Pueden padres/tutores y centros trazar conjuntamente un plan de salud integral y prevención para sus hijos/alumnos?
  • ¿Pueden existir “formulas de aprendizaje activo” en los Centros para colaborar, ayudar, interaccionar con los hospitales, más allá del ApS?

Economía dentro y fuera de la escuela.

Coordinadores. José Cabrera  y Margarita Ortiz 

La economía conforma una parte esencial de nuestras vidas, entre otros aspectos no menores, la posibilidad de disponer de un empleo. Las sociedades occidentales, con sus luces y sus sombras, se han construido al lar de la democracia, la ciencia y el mercado. 

El repudio de las relaciones entre la educación y el mundo productivo, y la consideración de las escuelas como replicantes acríticas de un sistema de explotación, cuando no promotoras de ignorancia, es un prejuicio que difícilmente se compadece con la realidad de nuestra sociedad, ni de nuestros centros educativos, por muchas que sean las carencias de nuestros sistema, pero con el que todavía nos podemos encontrar. 

La educación debe atender a la empleabilidad de los alumnos y favorecer que desarrollen una relación sana con su trabajo que evite la autoexplotación, como un objetivo más de su aprendizaje; las competencias laborales son una parte esencial del desarrollo personal. Las empresas tienen una responsabilidad social ineludible con su entorno, por ello, una parte de sus recursos y del conocimiento que poseen deben ponerlos al servicio de la educación. Esta colaboración puede llegar a ser un elemento diferencial en el aprendizaje de los alumnos de su entorno y en la reputación de la empresa. 

La colaboración con las empresas propicia espacios adecuados para el desarrollo de metodologías de aprendizaje activo y para alcanzar aprendizajes significativos. Por otro lado, las escuelas no sólo deben posibilitar el aprendizaje a lo largo de la vida de sus alumnos, sino que deben plantearse como la revolución tecnológica está diluyendo las fronteras entre la educación y la formación.

También hay que valorar cómo la filantropía complementa la acción del Estado en los ámbitos educativos, generalmente en los menos favorecidos. La aportación a los centros de becas, prácticas, tecnología, orientación profesional, financiación de programas propios o de apoyos externos, formación para familias o profesores… brinda una estupenda oportunidad de aproximación de las empresas a las necesidades y valores de su entorno más próximo.

  • ¿Podemos educar en contra o ignorando la economía de mercado?
  • Las aportaciones de las empresas a los centros, ¿contaminan o condicionan la educación?
  • Los proyectos de las fundaciones empresariales/corporativas en los centros, ¿deben ser extraescolares?
  • ¿Pueden ofrecer formación las empresas a los profesores?
  • ¿Pueden o deben los alumnos realizar prácticas en las empresas?
  • ¿Educan los departamentos de RRHH en la empresas?
  • ¿Cómo afectan los cambios tecnológicos y del mercado de trabajo tan drásticos, a los centros y a lo que se aprende en ellos? 
  • ¿Podemos como sociedad educar para un futuro incierto?
  • ¿Dónde se despierta y enciende el potencial del alumno, en su etapa escolar o después, al trabajar?   
  • ¿Qué cabe aprender respecto de la Educación Financiera?

Medio ambiente dentro y fuera de la escuela

Coordinadores Antolín García y Lara Crespo 

“Decís que vuestros hijos es lo que más os importa en el mundo, sin embargo veis como su futuro se destruye delante de vuestros ojos y no hacéis nada”, decía Greta Thunberg, fundadora de “Fridays for future”, posiblemente el movimiento que más ha impactado en los centros educativos en las últimas décadas con carácter global. Ningún tema tiene la capacidad de conectar con la juventud actual como es la defensa del medio ambiente. La constatación de la apatía con que una buena parte de sociedad considera inevitable el grave deterioro de las condiciones futuras de vida de los jóvenes actuales, no les puede dejar indiferentes, como no nos debería dejar indiferente a nadie. La defensa del medio ambiente ha dejado de ser un tema ideológico para convertirse en un tema de decencia ciudadana, y como tal ha entrado en las escuelas. 

La sensibilidad medioambiental de los centros es uno de los indicadores indirectos más vinculados a la innovación educativa. Son muchos los casos en los que se puede observar cómo la responsabilidad de los centros por el aprendizaje de los alumnos va unida a la responsabilidad por el futuro de la humanidad. 

En pocos ámbitos como en los huertos escolares, la limpieza de los espacios comunes, el consumo responsable de energía, la movilidad sostenible, el respeto a los animales, los alimentos de proximidad, el ahorro de agua, la aclimatación natural de los centros, la reducción de residuos, en especial de plásticos, el reciclaje, el desperdicio de los alimentos… podemos constatar con más claridad que el aprendizaje en la escuela es parte de la vida. Por ello, pocas actividades como las medioambientales tienen la capacidad  de motivar más a los alumnos y de repercutir de manera directa y inmediata en sus familias y entornos vitales.  

  • ¿Deben promover las escuelas el activismo de los alumnos frente al cambio climático?
  • ¿Pueden educar los jóvenes a los adultos en temas medioambientales?
  • Tirar comida ¿es de mala educación?, ¿es responsabilidad de las empresas de catering y supermercados?
  • ¿Pueden colaborar los alumnos con los servicios de limpieza municipales o con otros medioambientales?
  • ¿Cómo educan las empresas de agua o energía fuera del aula?
  • ¿Educamos en la compatibilidad entre cuidado de medioambiente y actividad o crecimiento económico? ¿O en buscar vías de compatibilizarlo: economía sostenible/circular, etc.?

Ciencia y cultura dentro y fuera de la escuela

Coordinadores Inés Miret y Antonio Moreno 

La escuela que hoy tenemos nació para iluminar la sociedad desde la generalización del pensamiento científico y la ética social, valores nunca tan necesitados como ahora. Los desafíos a los que se enfrenta nuestra sociedad por los avances científicos, tales como la manipulación genética y la eugenesia, la apropiación de la intimidad en la economía de atención, la inteligencia artificial y el determinismo social, la expansión de la robótica y la destrucción de empleo, los efectos desconocidos de las nanotecnologías o la biotecnología, la privatización de la biodiversidad… deben ir acompañados de un riguroso análisis crítico del impacto de estas tecnologías y, en su caso, la revisión de los valores compartidos sobre los que hemos venido construyendo la convivencia. Ante estos retos la incorporación de la escuela en los procesos de participación y debate que se generen es ineludible, como lo es que la cultura científica se incorpore en el quehacer diario de los centros educativos. 

Las artes son indisociables al ser humano, a su desarrollo personal y al progreso de la humanidad. Educar en la apreciación y en la expresión artística en todos sus ámbitos: musical y rítmica, danza, teatro, plástica, escultura, es esencial desde temprana edad y de manera sostenida a lo largo de todas las etapas escolares.

La sociedad hace un enorme esfuerzo para disponer de personas cuya tarea fundamental sea la creación, conservación y difusión del conocimiento científico o de las experiencias artísticas. Es razonable que, dada la importancia que esta misma sociedad da a la escuela, en las políticas institucionales de las universidades, centros de investigación, archivos, bibliotecas, conservatorios, orquestas, centros culturales, museos o instituciones religiosas, aparezca como con objetivo prioritario su colaboración con los centros educativos. Igualmente, parece evidente que la mejor manera de promover en los jóvenes la vocación artística o, la tan demandada, investigadora, es facilitar su presencia en las instituciones que gestionan estos saberes.

La ubicuidad que permiten las tecnologías de la información, deslocalizar el acceso a los recursos y a las experiencias de los centros de investigación o culturales. La interacción de todos los alumnos, y de manera especial de los que viven en el mundo rural, con la cultura y la ciencia es perfectamente posible y debe ser una prioridad para estas instituciones .

Repensar las instituciones científicas y culturales para abrirlas a la ciencia ciudadana, al arte urbano, a la reflexión sobre principio de precaución o sobre los límites del arte, a la construcción de la memoria o al respeto del patrimonio histórico, desde su colaboración con los centros educativos, es una oportunidad que como sociedad no podemos dejar pasar. La democratización de la ciencia, promovida por la olvidada declaración de la UNESCO de Budapest ahora hace 20 años, sólo es posible desde y con la escuela, como la extensión a la ciudadanía de los valores cívicos de la ciencia y la cultura sólo puede hacerse desde y con la escuela.

  • ¿Tienen los investigadores obligación hacia la sociedad de educar? ¿y los artistas? 
  • ¿Deben los centro investigación ocuparse de la actualización del profesorado?
  • ¿Son las bibliotecas espacios educativos?
  • ¿Cómo abrir los museos a todos los alumnos, por lejos que estén?
  • ¿Necesitan los centros educativos expertos externos para los proyectos y debates sobre el impacto de la tecnología?
  • ¿Qué podemos aprender de países desarrolladores y consumidores de cultura (arte, música)?
  • La expresión y sensibilidad artística no es innata ¿cómo desarrollarla en la escuela?

Migración y asuntos sociales dentro y fuera de la escuela.

Coordinadores. Isabel Navarro y Fernando Tebar

Una sociedad envejecida, que no es capaz de promover una natalidad sostenible, ni de gestionar los flujos migratorios; una sociedad con cuatro millones de habitantes al borde la exclusión, según Cáritas España; una sociedad estresada, en donde crecen las depresiones y las dependencias; supone un condicionamiento grave del sistema educativo que éste no puede ignorar. 

ONGs, fundaciones benéficas, instituciones religiosas, emprendedores sociales, centros de ancianos o de atención psiquiátrica, residencias de acogida, comunidades de inmigrantes, de mujeres maltratadas o de afectados por enfermedades raras, catástrofes o adicciones, laboratorios ciudadanos, asociaciones vecinales… construyen un rico entramado social dedicado a atender las necesidades de una inmensa minoría ciudadanos formalmente distintos con respecto a una normalidad inexistente. 

Incluir en este entramado del barrio o del pueblo a las escuelas aporta unas posibilidades ilimitadas de aprendizaje para los alumnos, y supone dar alivio a personas que necesitan de cariño y atención, o, cuando menos, contribuir a visibilizar y normalizar su situación. Formar ciudadanos responsables con la comunidad, solidarios y conscientes de la complejidad de la sociedad  en la que viven es una obligación constitutiva de la escuela. Una escuela inclusiva lo es hacia adentro y hacia afuera, o no lo es.

La falta de atención adecuada a los ritmos diversos de aprendizaje de los alumnos y a sus circunstancias socioeconómicas es una causa directa de exclusión, pero también es cierto que la falta de una correcta atención a temas como las adicciones, los embarazos de adolescentes, o más recientemente el sexting o el bulling, es una causa directa del fracaso del sistema educativo.  

No podemos olvidar que los nuevos populismos en mismo cajón en el que traen el racismo, la xenofobia, el machismo, el nacionalismo, la aporofobia, el negacionismo, el creacionismo, la realidades alternativas o el autoritarismo, traen un ataque frontal a los profesionales de la educación, y un abierto cuestionamiento de la institución escolar. 

  • ¿Deben promover los centros y coordinar actividades de voluntariado social?
  • ¿Hay espacio en la escuela para las instituciones de la espiritualidad?
  • ¿Educan las ONGs?
  • ¿Qué papel tienen las asociaciones de colectivos que demandan la inclusión dentro de los centros?
  • ¿Son las residencias de ancianos o de otro tipo espacios de aprendizaje para los jóvenes?   

Quedan fuera del foco principal de esta jornada, aunque será inevitable, y deseable, que aparezcan en las conversaciones temas que ya han sido debatidos en anteriores jornadas del proyecto “Todos educamos”, como es el impacto de las tecnologías de la información, y otros, como son los vinculados a familia, el homeschooling, o la colaboración entre centros, porque serán tratados de manera específica en próximas reuniones. 

Enlaces y lecturas de interés

Aprender haciendo un servicio a la comunidad «60 buenas prácticas de aprendizaje-servicio», Roser Batlle, Zerbikas Fundazioa.

Emprendimiento en la escuela. Fundación Créate.

Educación y recursividad, Juan José Plata.

Abrir la ciencia para cambiar el mundo, 2018, Antonio Lafuente.

Educación al aire libre. Bosquescuela.

Deeper Learning, Mónica Martínez.