«Cada vez más, los centros educativos son comparables, en términos de sistemas de información, a una organización o empresa grande.»

Para analizar este punto vamos a simplificar la descripción de los intereses de los actores citados, considerando que el interés principal de industria informática, o mejor de las empresas tecnológicas, como el de cualquier otra industria, es vender sus productos. Asimismo, podemos decir que el interés principal de los alumnos es aprender y por extensión el interés de los centros poner los medios para que aprendan.

Los  alumnos y sus centros son compradores, directa o indirectamente, de los productos de la industria y de ahí esta potencial confusión de intereses, reflejada en la frase que estamos analizando. Hasta qué punto lo “comprado” ayuda este aprendizaje mostrará en qué medida se produce confusión de intereses.

Conviene recordar que no estamos hablando de algo nuevo. Antes de que las empresas tecnológicas fueran un actor importante en el sistema educativo, ya existían otras industrias que luchaban y siguen luchando por su trozo de pastel del “negocio” generado por la educación y no siempre velando exclusivamente por los intereses de los alumnos.

Oportunidades de negocio para las empresas tecnológicas

Según un estudio de IDC al que no he tenido acceso directo, el gasto en ordenadores, programas informáticos y servicios de tecnologías en la educación en España fue de 508 millones de dólares en 2014 y se elevará a 528 millones en 2019. España se presenta como un atractivo mercado para las grandes compañías tecnológicas, todas ellas tienen un departamento específico dedicado al sector educativo que ofrece prometedoras soluciones para todos los ámbitos del sistema. Un paseo por sus páginas Web hace pensar en lo complicado que puede ser para un centro educativo elegir la solución más adecuada.

La tecnología está presente en todos los ámbitos de le educación y en todos ellos las empresas ofrecen sus servicios y sus productos. En este espectro de tecnologías podemos encontrar  plataformas de gestión del sistema educativo y de los centros, entornos virtuales de aprendizaje, repositorios y contenidos digitales, apps, ordenadores o tabletas para los alumnos y profesores, infraestructura tecnológica y conectividad…. Además de estos productos, las empresas ofrecen sus servicios para consultoría, desarrollo de aplicaciones, mantenimiento, servicio de atención a los usuarios…

Cada vez más, los centros educativos son comparables, en términos de sistemas de información, a una organización o empresa grande. En España, según las cifras del Ministerio de Educación Cultura y Deporte en su informe Datos y cifras para el curso escolar 2017/2018, hay 28.049 centros educativos no universitarios con un de 8.138.170 alumnos, lo que significa una media de más de 290 alumnos por centro que junto con los docentes y el resto del personal son usuarios potenciales de las tecnologías del centro. En el curso 2014-2105 el 79,3% de los centros públicos y el 94,3% de los privados contaba con conexión a Internet de más de 2 Mb. Además, el proyecto Escuelas Conectadas  para la extensión del acceso a la banda ancha ultrarrápida a los centros docentes españoles dotado con 330 millones de euros – una buen ejemplo de oportunidad de negocio para la industria – mejorará ostensiblemente la conectividad de los centros escolares. Así, los  centros educativos están preparados para el despliegue de tecnologías con unos usuarios que irán creciendo en número y en intensidad de uso y que demandarán soporte semejante al de otras organizaciones con ese volumen.

Implantación con éxito de tecnologías en centros educativos

Para conseguir que los intereses de los alumnos/centros prevalezcan sobre los intereses de la empresas, al abordar la implantación de tecnologías en los centros educativos deberíamos tener presentes los siguientes aspectos:

Adecuación funcional:

La experiencia nos dice que para el éxito del desarrollo y/o implantación de una solución tecnológica en cualquier organización, son claves la identificación clara de las necesidades a cubrir y la implicación de los usuarios en todas las fases de la definición, desarrollo y despliegue.  

Trasladando el modelo al centro educativo, para conseguir que una solución tecnológica se adecue al proyecto docente, deberá ser el equipo docente el que, de acuerdo con su proyecto, identifique sus necesidades, haga la elección de la herramienta o plataforma más adecuada y participe en todo momento en su implantación. Para velar por los intereses del centro es necesario contar en el equipo del proyecto con personas que conozcan el proyecto de centro y el ámbito específico en el que se va a implantar la solución.

Adecuación tecnológica :

Además, es muy importante tener en cuenta el entorno tecnológico en el que se va a implantar una solución. Para garantizar su solidez tecnológica, su integración con las plataformas o aplicaciones ya existentes, su facilidad de mantenimiento y su máxima independencia de una empresa especifica; el departamento responsable de los sistemas de información deberá estar implicado en el proyecto desde el principio.

Un proyecto de implantación de tecnologías educativas en un centro educativo puede consistir en la implantación de una herramienta para un ámbito específico, por ejemplo un entorno virtual de aprendizaje, o un proyecto integral que cubra todos los elementos del ecosistema de tecnologías educativas. En el caso de los centros públicos, en general, estos proyectos abarcan a todos los centros de una administración educativa.

Así, una opción es optar por una solución integral de una empresa tecnológica, un proveedor único, que frente a la simplicidad de implantación y consistencia aparente, tiene como contrapartida la dependencia del proveedor. Las grandes empresas han apostado por ofrecer en su portfolio estas soluciones integrales para el mundo educativo que, en mucho casos  son el resultado de la integración de herramientas de distintos proveedores que fueron adquiridos por la gran multinacional e integrados en una suerte de plataforma común.  

Si un riesgo de las soluciones integrales es la dependencia de un único suministrador, la incorporación de herramientas de distintos proveedores, introduce la complejidad adicional de la integración entre las mismas.

Ante esta complejidad y abundancia de oferta en necesario contar con unas “reglas del juego” para las empresas y parar el sistema educativo, que aseguren la independencia de tecnologías o empresas y la integración de las piezas. El establecimiento de estándares que garanticen la interoperabilidad entre los distintos sistemas de información que recoge la LOMCE y que desarrolla el proyecto de Interoperabilidad Educativa proporcionará este marco de referencia.

Coste de la solución:

En un escenario real de presupuesto limitado, minimizar la inversión realizada para la implantación de una tecnología educativa, sin detrimento de los dos aspectos anteriores, es velar por los intereses de los centros educativos.

Las herramientas de software libre por su carácter gratuito, además de por otras consideraciones, debería ser una opción a tener en cuenta en cualquier implantación de tecnologías educativas. La oferta de herramientas y plataformas de software libre para educación es muy amplia y algunas tienen  una gran penetración como es el caso de Moodle, LMS del que proliferan las adaptaciones para todos los niveles y todas las modalidades educativas. En todo caso, estas normalmente son implantadas, adaptadas y mantenidas por empresas especializadas y el coste que esto conlleva se deberá tener en cuenta en el proceso de elección de las herramientas.

La reutilización de soluciones ya desarrolladas para otros centros o administraciones educativas puede ser fuente de ahorros importantes. Esto afecta, sobre todo, al desarrollo de aplicaciones específicas o de adaptaciones de software libre. Así, antes de abordar un proyecto deberíamos averiguar qué soluciones semejantes se han implantado  y, en su caso, si se pueden reutilizar. Es frecuente que las empresas sean las que realicen esta reutilización de los elementos para su propio beneficio, sin que el ahorro se vea reflejado en el coste final del proyecto.

Conclusión

Los intereses de las empresas, como proveedores, deben estar alineados con los intereses de los alumnos y de los centros educativos, como clientes. Para ello es necesario que sean los centros educativos o, en su caso, las administraciones educativas que los representan, los que definan y lideren los proyectos de implantación de tecnologías, contando con el equipo docente y TIC necesario para garantizar la adecuación de la solución a las necesidades del centro y su interoperabilidad con el entorno tecnológico existente con el mínimo coste posible.

Ana Román Riechmann: Directora Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado. Licenciada en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense en la especialidad de Cálculo Automático (1985). Durante los primeros años de su carrera profesional trabajo en el sector privado (Alcatel, Nixdorf Computer S.A. y Telefónica I+D ) ocupando diversos puestos en el campo de las tecnologías de la información y de las comunicaciones. En 1993 ingresó en la Administración General del Estado en el Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.