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«La experiencia profesional de quienes  están logrando las mejoras de resultados es imprescindible en la innovación educativa y en cualquier campo profesional.»

#CalmarEdu nº 62. La innovación educativa debe venir avalada por la evidencia científica, la experiencia profesional y la colaboración entre docentes.

En un encuentro en el Parlamento Europeo en el 2009 se mostró una unánime preocupación. Se dijo que el derecho a la salud en todos los Estados miembros ya incluía su doble dimensión; por un lado, la asistencia a un centro cuando se necesita y, por otro lado, la seguridad en que diagnósticos y tratamientos son acordes con las evidencias científicas internacionales. Sin embargo, el derecho a la educación todavía solo contempla la primera dimensión, hay derecho de asistencia a un centro educativo pero lo más habitual es que no te encuentres allí con las actuaciones que las evidencias científicas internacionales han demostrado hasta ahora que dan los mejores resultados en aprendizajes instrumentales en todas las materias, valores, emociones y sentimientos. Desde entonces, resoluciones y comunicaciones del Parlamento Europeo, Comisión Europea y Consejo de Europa han aconsejado que las diferentes actuaciones educativas de éxito estén disponibles para todo el alumnado. Los Estados miembros también lo han hecho publicando las actuaciones de éxito de las escuelas europeas, como hizo, por ejemplo, el Ministerio de Educación en España.

La mejora resultante de esa difusión ya ha comenzado también en nuestro sistema educativo pero va a ser mucho más rápida en los próximos años. Uno de los cambios va a ser clarificar la diferencia entre innovación educativa e “innovación”. La innovación educativa busca cambiar las actuaciones que tradicionalmente se habían venido haciendo cuando hay otras nuevas que dan mejores resultados. La “innovación” educativa pretende sustituir las actuaciones tradicionales por otras que se presentan como nuevas con independencia de si mejoran o empeoran los resultados. La innovación introduce aquellas nuevas actuaciones que están evaluadas científicamente a nivel internacional y publicadas en las mejores revistas científicas de educación como las de Cambridge o Harvard; es así como se cumple también el artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos sobre el derecho a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten. La “innovación” necesita ocultar esas evidencias científicas para que no se descubra que las actuaciones que propone dan malos resultados y en la mayoría de los casos ni siquiera son nuevas; así es frecuente que salgan personas con grados, másteres e incluso doctorados en educación que ni siquiera sepan que existe la revista Cambridge Journal of Education, porque se les ha ocultado.

La experiencia profesional de quienes han logrado y están logrando las mayores mejoras de resultados es imprescindible en la innovación educativa y en cualquier campo profesional. Profesionales que no han logrado esas mejoras aprenden así de quienes sí lo han hecho, descubren qué actuaciones y qué formas de implementarlas pueden acercar su alumnado al éxito que merecen. Esas actuaciones de éxito requieren la colaboración entre docentes, especialmente de quienes forman parte de un mismo claustro, pero también de quienes están implementando o quieren implementar las mismas innovaciones. Las “innovaciones” dan con frecuencia el mismo valor a las experiencias profesionales que están mejorando los resultados que a las que los están empeorando, todas las consideran interesantes e “innovadoras”. De esa forma, los malos resultados que generan provocan que las familias y la sociedad se pongan en contra de la “innovación” y se agarren a lo tradicional. Uno de los mayores errores “innovadores” consiste en creer que la colaboración entre docentes exige una uniformidad ideológica sin saber que, cuando el criterio de la colaboración es tener una ideología particular, se empeoran los resultados.

Tanto la idea del sistema educativo universal como las Ciencias Sociales son hijas de la democracia, la cual es a su vez hija y parte inseparable de la pluralidad de opciones. El consenso educativo exitoso en todo equipo docente solo se logra si se toma como base del mismo las evidencias científicas internacionales. En ese caso, su pluralismo es una riqueza que coincide con el propio pluralismo de la sociedad y el de los colectivos laborales o de ocio en los que el alumnado va a vivir y trabajar. El mejor recurso que tiene la sociedad para mejorar es la educación, pero no cualquier educación, solo aquella con los valores, emociones y sentimientos que defienden todas las sociedades democráticas y que no solo no ocultan sino que difunden e implementan las actuaciones que dan los mejores resultados según las evidencias científicas internacionales.

Ramon Flecha es Doctor Honoris Causa de la West University of Timişoara y Catedrático de Sociología de la Universidad de Barcelona. Ha sido Chair del Expert Group on Evaluation Methodologies for the Interim and Ex-post evaluations of Horizon 2020. La principal conclusión del primer proyecto que dirigió del Programa Marco de Investigación de la Unión Europea (FP5), WORKALÓ fue aprobada por unanimidad por el Parlamento Europeo dando origen a diversas políticas europeas y de los Estados Miembros. El segundo proyecto, INCLUD-ED (FP6) fue el único en Ciencias Sociales y Humanidades seleccionado por la Comisión Europea en su lista de 10 investigaciones científicas de éxito. Actualmente dirige IMPACT-EV (FP7), que desarrolla los nuevos criterios de selección, seguimiento y evaluación de los diferentes impactos de la investigación científica. Sus trabajos científicos han sido publicados en revistas como Nature, Cambridge Journal of Education, Harvard Educational Review, Organization, Qualitative Inquiry, Current Sociology o Journal of Mixed Methods Research. Su artículo publicado en el Cambridge Journal of Education (http://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/0305764X.2013.819068#tabModule) recibió el Best Paper Prize 2013 siendo, a su vez, el artículo más leído de la historia de la revista.

Aquí puedes leer las 101 propuestas y otros artículos como este. Este artículo forma parte de la reflexión conjunta del proceso Calmar la Educación. Seguiremos publicando otras opiniones de personas relevantes del mundo educativo. Queremos generar un espacio de debate plural y abierto a todas las personas interesadas en la transformación educativa.

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