«El arte de enamorar al alumno», conversatorio con Richard Vaughan, fundador del grupo Vaughan
Richard Vaughan es el creador de uno los proyectos educativos en España más importantes de las últimas décadas, cimiento de la empresa más destacada del sector de la enseñanza del inglés. Compartir las claves de su éxito fue el contenido del conversatorio que celebramos con él la semana pasada. Una frase nos adelanta su visión, “cuido más a los profesores que a los clientes”
Las premisas de su planteamiento son claras. Los milagros los hacen las personas. En el ámbito de la educación los encargados de que se produzca el milagro del aprendizaje, el salto infinito que supone pasar de desconocer a conocer, son los profesores. El talento hay que trabajarlo. Es el esfuerzo lo que crea la genialidad. No hay elementos esenciales que diferencien nuestro país de cualquier otro.
El éxito en los procesos de aprendizaje depende de la habilidad del profesor, de su capacidad de adaptarse a cada alumno y a cada entorno. “Vale más un buen profesor en una cueva que uno malo en el aula más luminosa, con la mejor pizarra digital, la mejor señal de Internet y los alumnos con los más caros dispositivos”.
Dos palabras para definir los principales atributos de un buen docente: energía y humildad. Los soberbios son ciegos, incapaces de vislumbrar las capacidades de sus alumnos, más pendientes de ocultar su ignorancia que de desarrollar el talento de sus alumnos.
Para Richard la clave para haber llegado a ser la empresa número uno de España, en un sector especialmente difícil en donde no hay barreras de entrada y el fraude no ha sido infrecuente, son los profesores. Los profesores tienen que ser excepcionales. Para conseguirlo su estrategia es crearlos. Busca personas, con independencia de su experiencia, capaces de enamorar al alumno, de encender su curiosidad. De conseguir que “el alumno se mate por su profesor”. Grandes profesionales que hay que saber tratar y cuidar como a “Messi o a Ronaldo”. Sin duda, la diferencia, la clave del éxito de un proyecto educativo, es el profesor.
“El profesor es el software; el método el hardware”. Símil que nos introduce en uno de los temas fundamentales de la educación hoy en día: la enseñanza digital. “Nadie está ganando dinero en la educación digital de idiomas”. El modelo no está maduro, “sin profesores no se puede aprender”, “si no hay una mano que te zarandea, una voz que te emociona, es muy difícil aprender”. Se está invirtiendo mucho dinero para desarrollos on line pero todavía no hay contenido que esté a la altura necesaria. “Todavía no hemos sabido trasladar al CD la magia del profesor”.
Señala Richard que la demanda de los servicios a su empresa surge de la incompetencia del sistema educativo español, aunque reconoce una pequeña mejoría en los últimos años. Un sistema que ignora lo más importante, conseguir que, al margen de gramáticas y exámenes, los niños primero y los jóvenes después se diviertan y amen el inglés. Lo comprendan y sean capaces de comunicarse de acuerdo con sus necesidades.
Cambiando la metodología y las competencias de muchos de los profesores, más de mil horas de exposición al inglés en el aula hasta los 12 años, y otras tantas hasta los 18, deberían de ser suficientes para arruinar un negocio cuyo alumno tipo tiene 34 años y llega al centro con manía hacia el inglés, cuando no con una clara frustración, guiado por una urgente necesidad de aprender inglés, aunque sea con un milagro.
Richard, es ante todo un profesor, un grandísimo profesor, al que todos los españoles a los que nos interesa el inglés tenemos alguna razón para dar las gracias. Para terminar, en un español de una riqueza y precisión excepcional, comparte con nosotros una pequeña anécdota: “suspendí el examen de la escuela oficial de idiomas”.
Con ello nos invita a cambiar la aproximación de nuestro sistema educativo formal al aprendizaje de los idiomas y, por extensión, al resto de la disciplinas: “Aprendiendo el código de la circulación nunca se aprenderá a conducir”.
