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«Todos somos todos no es una expresión retórica»

#CalmarEdu nº98. Todos somos TODOS. La inclusión supone aceptar que todos somos distintos, necesarios, dentro y fuera de la escuela, con independencia de género, capacidades u origen

En un plano teórico no es posible poner en entredicho el derecho a la educación inclusiva.

Hay aún quienes consideran que el acceso a una educación de calidad para determinadas personas solo es posible en un entorno separado. Respetando plenamente el derecho de los padres a la elección de centro, es indiscutible el derecho de toda persona a recibir una educación plena y de calidad en un entorno normalizado. Si en un Estado social y democrático de derecho (artículo 1 de la Constitución española de 1978) no es discutible la exigibilidad de que todos puedan ejercer cualquiera de sus derechos en el mismo entorno, resulta difícil justificar una educación separada, ya sea por razón del origen, del género o de las capacidades del alumnado; si bien, es la diversidad funcional la que con más facilidad se invoca para pretender justificar la segregación educativa.

Sin embargo, fue necesario reconocer expresamente el derecho a la educación inclusiva de las personas con discapacidad en el artículo 24 de la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad de 2006.

La inclusión educativa es un derecho humano del estudiante, el principal medio de realización de otros derechos humanos, y ha de entenderse como el resultado de un compromiso proactivo y continuado para eliminar las barreras que impiden la efectividad de este derecho a la educación junto con cambios en la cultura, política y práctica en las escuelas para incluir de manera efectiva a todos los estudiantes (Comentario General nº4 (2016) del Comité sobre los derechos de las personas con discapacidad de la ONU al artículo 24 de la Convención).

¿Por qué entonces no están todos en nuestras aulas?

Todos somos todos no es una expresión retórica. Todos los ciudadanos participamos del proceso educativo integral de todos los niños, adolescentes y jóvenes que son parte relevante de la sociedad que queremos construir: en primer lugar, ellos mismos, con su personalidad única e irrepetible, sus valores y sus capacidades que han de ser desarrolladas en todo su potencial. Solo valorando su singularidad podrán creer en ellos mismo y aportar su mejor “yo”.

En el término todos está incluido todo el personal del centro educativo, partícipes de un mismo proyecto compartido que ha de girar en torno al convencimiento de que la diversidad no es un problema de algunos alumnos, sino que es un desafío y una oportunidad de avanzar juntos hacia una educación más enriquecedora y más equitativa, que conduzca a una sociedad más justa. Para ello es imprescindible un profesorado convencido del valor que todos y cada uno de sus alumnos, con sus especiales circunstancias, aportan al conjunto y de la necesidad de eliminar aquellas barreras que puedan limitar la presencia, el aprendizaje o la participación del alumnado.

Los padres son elemento esencial de la inclusión. Los padres de los alumnos con capacidades diferentes, que son los primeros que tienen que creer en ese proyecto compartido con la escuela, y los padres de todos los demás alumnos, conocedores de que cada hijo es único e inmensamente valioso, también los hijos de los demás lo son, cualesquiera que sean sus características, y todos juntos favorecen un desarrollo más completo de la personalidad individual en el aula y en los espacios de ocio compartido, donde también el papel de los hermanos ha de cuidarse.

Por supuesto en ese todos han de estar especialmente implicadas las diversas instancias políticas y administrativas, de forma destacada la administración educativa, pero convencidas de que en muchos casos las circunstancias específicas de cada alumno harán imprescindible una adecuada coordinación con las administraciones sanitarias y sociales.

No podemos olvidar que la educación ha de ser global y permanente y requiere y se orienta a la plena inclusión social y laboral. Por ello, todos son también quienes conforman el entorno social del centro educativo y del domicilio de los alumnos. Toda la sociedad debe implicarse en esa educación inclusiva.

Los procesos de cambio de mentalidad a veces duran varias generaciones. Estamos en el camino, pero junto a experiencias positivas e ilusionantes hay también derrotas en esa lucha que aún libran en solitario muchas familias: son necesarios muchos esfuerzos, políticos, administrativos, sociales y familiares para que, en ese proceso educativo, inclusivo, de calidad, personalizado, flexible y abierto, estemos realmente TODOS.

Referencias:

ALONSO PARREÑO, Mª José y DE ARAOZ SÁNCHEZ-DOPICO, Inés. El impacto de la convención Internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad en la legislación educativa española. CERMI, 2011 http://www.convenciondiscapacidad.es/wp-content/uploads/2018/02/Impacto-de-la-C.6.pdf

ECHEITA, Gerardo (2017) . Educación inclusiva. Sonrisas y lágrimas. Aula abierta nº 46, 17-2. https://www.uam.es/personal_pdi/stmaria/sarrio/DOCUMENTOS,%20ARTICULOS,%20PONENECIAS,/Echeita.%202017.%20EI%20Sonrisas%20y%20lagrimas%20.pdf

Clotilde de la Higuera: Licenciada en Derecho por la Universidad de Granada y perteneciente al Cuerpo de Abogados del Estado, ha desarrollado su trabajo como funcionaria en diversos Departamentos Ministeriales; encontrándose actualmente en servicios especiales. Ha sido Presidenta de la Asociación Nacional Síndrome de Apert y otras Craneosinostosis Sindrómicas. Actualmente, es miembro de la Junta directiva de la Federación Española de Enfermedades Raras; y vocal en materia educativa.

Aquí puedes leer las 101 propuestas y otros artículos como este. Este artículo forma parte de la reflexión conjunta del proceso Calmar la Educación. Seguiremos publicando otras opiniones de personas relevantes del mundo educativo. Queremos generar un espacio de debate plural y abierto a todas las personas interesadas en la transformación educativa.

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1 Comentario

  1. Fanny Paz 18 junio, 2018

    La educación de calidad no es solo para las personas con necesidades educativas especiales, asociadas a una discapacidad, esta también está relacionada a las discapacidades y sus problemas de aprendizaje, de aquellas personas que por causas que no tienen relación con una discapacidad o sea no asociadas a discapacidad han sido invidiblilizadas en el proceso educativo, y presenta dificultades de aprendizaje, me refiero a otros sectores que por etnia, situación económica, desplazados….. etc, continúan sufriendo marginación y sus derechos se ven conculcados de alguna forma.

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