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«Medialab-Prado: ciudades que aprenden», conversatorio con Marcos García, Director y gestor cultural en Medialab-Prado

Marcos García: Director y gestor cultural en Medialab-Prado. Desde 2006, Marcos ha sido responsable de desarrollo de contenidos y coordinación en Medialab-Prado. Entre 2004 y 2006 fue responsable del programa de educación de MediaLabMadrid junto con Laura Fernández, en el cual desarrollaron el programa de mediación cultural y el proyecto Interactivos? Ha participaco en foros nacionales e internacionales sobre cultura digital, medialabs y cultura libre.

Cada vez hay más personas con ganas de aprender y de compartir conocimiento. Personas de perfiles muy variados que han ido transformándose de receptores de conocimiento a transmisores y generadores del mismo. Esto conlleva un inmenso valor para las ciudades, ciudades que aprenden.

La sostenibilidad de una ciudad es un bien común. El éxito de la misma suele ser diréctamente proporcional a la participación de las estructuras sociales y de sus ciudadanos. Según Tim Campbel, Doctor experto en planificación y estudios urbanos, el valor de estas ciudades que aprenden está en que muestran un proceso colectivo donde se crean «nubes de confianza» con información compartida y validada en un proceso de vinculación entre las personas. Para alcanzar esto, es imprescindible fortalecer las redes donde los individuos se reúnen, aprenden y comunican en una permanente conversación con el entorno. Conversación en la que el entorno también aprende, cambia y se transforma. La Escuela en la Educación Expandida puede y debe cumplir una gran labor al respecto.

Tratando de adentrarnos en nuestras inquietudes sobre el tema, el viernes, 1 de Abril, realizamos un nuevo encuentro (parte del proyecto de «Temas actuales en educación«) con Marcos García, Director de Medialab-Prado, para charlar sobre «Ciudades que aprenden: El papel de los laboratorios ciudadanos en los ecosistemas de aprendizaje».

Ciudades que aprenden más que una afirmación es una pregunta ¿Qué quiere decir una ciudad que aprende? ¿Cuál es el papel de los laboratorios ciudadanos (como Medialab-Prado) en los ecosistemas de aprendizaje?

«Una ciudad está compuesta por diferentes clases de hombres; personas similares no pueden crear uan ciudad» (Aristóteles). El potencial de la ciudad, está en un lugar donde pueden interactuar personas diferentes.

Pero, ¿facilitan las ciudades que tenemos hoy en día la interacción entre personas diferentes? En este punto es importante que pensemos en el diseño (barreras, características, materiales, etc.) de las instituciones y ciudades que tenemos para ver cuáles facilitan la interacción y cuáles no. Los campus de las afueras, las urbanizaciones cerradas, homogéneas y aisladas del centro, etc. serían ejemplos de «anticiudades» en este sentido. En «la promesa de internet» tenemos una promesa de conexión para relacionarse fácilmente. Sin embargo, en Internet también se da la tendencia natural a estar con las personas que son «como nosotros» y por tanto a dividirnos. Por ello, en red y en la Red son importantes la figuras puente que nos conectan, que salvan las diferencia, que unen lo diverso.

aristóteles

Si hacemos una búsqueda por Internet empleando las palabras «Educación del futuro» las imágenes que encontramos suelen representar una educación en la que se sigue haciendo lo mismo, pero con aparatos tecnológicos. Este tipo de soluciones recuerda a las palabras del arquitecto británico, Cedric Price, «La tecnología es la respuesta, pero cuál era la pregunta».

cedric price

cedric price

Cuando hablamos de Internet o de cultura digital, las transformaciones más importantes tendrían que ver con:

1- Una cultura digital basada en el Procomún: aquellos proyectos en lo que los usuarios pueden desarrollar sus capacidades en la construcción de estructuras, de contenidos, protocolos, etc. Es decir, basados en la pregunta de cómo incorporamos el valor que pueden aportar los usuarios al conjunto de la organización, llamado también, innovación ciudadana o innovación basada en el usuario.

2- Las maneras en las que el conocimiento se ha organizado: cómo se distribuye en las bibliotecas, cuáles son las áreas de competencia de los ayuntamientos, cómo se distribuyen los presupuestos, etc. Hasta ahora ha prevalecido la organización en árbol, que si bien es muy útil, presenta alguna dificultad en relación a proyectos transversales, pues dificulta la cooperación.

Con la metafora de la red, Manuel Lima propone una nueva manera de visualizar y organizar el conocimiento, pues la realidad tiene más que ver con esta configuración que con una más lineal y jerárquica. Las ideas de Lima podrían ser extrapolables a la hora de pensar itinerarios de aprendizaje.

Es en este contexto donde surgen, nos cuenta Marcos, los laboratorios ciudadanos: lugares que funcionan como espacios de experimentación en comunidad, esto es, grupos de personas que colaboran entre sí para trabajar en proyectos. Como ejemplo de ello encontramos la biblioteca ST. Elliot en Detroit, el MindLab en Copenague (para el diseño de políticas públicas) o la red de laboratorio rurales Otero, en Austria (para aprender haciendo en comunidad).

medialab2

En este conjunto de prácticas y a esta tradición es a la que pertenece Medialab-Prado, un proyecto municipal dentro del área de cultura del ayuntamiento de Madrid, que funciona como una estructura abierta donde las personas pueden participar haciendo proyectos. Sus actividades e presentan como talleres abiertos donde se van exponiendo todo lo que se hace.

Encontramos diferentes recursos tales como un Fab Lab, una Cantina o una Fachada Digital, entre otros. Si tuviéramos que definir Medialab-Prado, sería como un espacio con una comunidad de usuarios muy activa que desarrolla proyectos en torno a ideas concretas y prototipando.

Como prácticas para entender experimentos de modos de aprendizajes vamos a profundizar en cinco proyectos,

Talleres de producción: Un espacio donde se crean grupos de trabajo juntando personas que tienen ideas con colaboradores. Entre ellos encontramos los talleres internacionales, con duración de 2 semanas, bajo una convocatoria abierta, en la que en una primera parte se reciben ideas de proyectos y se selecciona un número de ellas y una segunda en la que se pueden inscribir colaboradores.

Ciencia Ciudadana: Pretende establecer un punto de encuentro entre científicos profesionales y ciudadanos que estén interesados en aprender nuevas tecnologías y participar como «científicos amateur» en proyectos de investigación.

Grupos de Aprendizaje MOOC: Comunidades de aprendizaje creados a partir de Cursos en Red Masivos (MOOC) para reunirse y realizar un seguimiento en base a lo que se está haciendo en el curso.

Coder Dojo: Iniciativa internacional, originada en Irlanda que funciona como un Club de aprendizaje donde se pretende aprender a programar. El requisito es que los jóvenes deben ir acompañados de sus padres.

Programas de mediación-investigación: Cada curso hay un grupo de personas que se presenta para trabajar en Medialab desarrollando funciones de mediación y atención a usuarios, además de desarrollar un proyecto propio de investigación en el marco de trabajo de Medialab-prado.

Desde Medialab-Prado, se preocupan también por la documentación ya que esto permite la replicabilidad de lo que se hace. Igual que en Medialab-Prado  se han replicado proyectos de otros países, también proyectos originales de Medialab-Prado han sido replicados fuera de ella. En su «Archivo»  puedes encontrar un repositorio de todo lo que se hace.

aprender juntos

La idea de intercambio de conocimientos entre diferentes personas en muy importante para la educación. El aprendizaje tiene que ver con cómo aprendemos a cooperar y a vivir juntos. Esto es para Marcos lo más valioso que puede aportar un laboratorio ciudadano: ser una incubadora de comunidades donde aprendemos con y de personas diferentes.

Una ciudad que aprende sería, volviendo a la idea de partida, aquella que puede habilitar este espacio, es decir, un lugar donde las personas pueden desarrollar sus capacidades individuales, pero también las habilidades para estar con otros. Estas habilidades (escucha, empatía, contribuir, aportar, acreditar y rechazar aportaciones, etc.) sólo se aprenden en la práctica, es decir, conviviendo.

En conclusión, Medialab-Prado se presenta como un espacio de infinitas posibilidades, un lugar donde compartir, donde dialogar, donde exponer nuestra cretividad, nuestras inquietudes y logros, donde buscar soluciones y mejoras, donde hacer… En definitiva, un lugar donde hacer comunidad y aprender a vivir juntos para construir nuestra ciudad, una «ciudad que aprende».

Podéis disfrutar del vídeo y diapositivas de su ponencia completa a continuación:

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