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«Hay que transformar los deberes»

#CalmarEdu nº41: El bajo impacto de los “deberes escolares” debe hacernos reflexionar sobre su utilidad y conveniencia. Aprendemos dentro y fuera de la escuela con enfoques diferentes al pasado.

A través del proceso “ESCUCHAR + DEBATIR + RECOMENDAR”, en su etapa más reciente, el Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid (en adelante, CECM), ha debatido acerca de los “deberes escolares”, tras escuchar a prestigiosos profesionales del campo de la sociología, la neurociencia, la psicopedagogía y la evaluación; también al alumnado, al profesorado, a los equipos directivos, a los estudiosos del campo de la racionalización de los horarios, a los expertos en innovación y metodologías activas y a las instituciones educativas.

El cuestionamiento de su relación con el rendimiento escolar, las repercusiones en la conciliación de la vida familiar o la necesidad de reforzar o ampliar el aprendizaje del alumnado, entre otros aspectos, nos condujo a la necesidad de plantear una reflexión serena y participativa sobre el modelo de “deberes”, aspecto este que podría contribuir a reforzar la coherencia del proyecto educativo de los centros.

Partiendo de la opinión de 13 expertos y, bajo el epígrafe “las tareas escolares después de la escuela”, el propio CECM ha aprobado 24 recomendaciones agrupadas en cinco bloques: deberes y proceso de enseñanza-aprendizaje, deberes y currículo, deberes y centros educativos, deberes y familias, deberes y recursos y recogidas en el libro “Las tareas escolares después de la escuela(pdf, diciembre 2017).

El proceso de ESCUCHAR nos enriqueció especialmente. Por la relevancia e interés, clasificaría la opinión de los expertos desde

Desde el ámbito de la sociología, Mariano Fernández Enguita (UCM), entiende que “Los deberes son una expresión del modelo tradicional de prácticas rutinarias en el que la actividad escolar se extiende fuera de la escuela”. Propone que sea la escuela la que se abra e incorpore lo que moviliza el interés de los alumnos fuera de la escuela; a la vez, considera que la escuela debe ser autosuficiente y que los recursos que un alumno necesita para aprender, también para realizar los deberes, deberían estar en ella. Entiende necesario que se señalen unos límites y que haya transparencia sobre los deberes, teniendo en cuenta la opinión de los padres.

Desde el punto de vista de la neurociencia cognitiva, Tomás Ortiz (UCM), considera que el tiempo de dedicación de los padres a los deberes de los hijos, lejos de parecer eficaz en relación con el rendimiento escolar, puede resultar problemático. Existen otros deberes, no académicos, que los padres pueden llevar a cabo en el entorno familiar que pueden facilitar el aprendizaje escolar de sus hijos: mantener buenos hábitos e higiene del sueño; una dieta equilibrada, con un aporte hídrico distribuido a lo largo del día; así como llevar un estilo de vida saludable, llena de juegos, plena de ejercicio físico, con una gran variedad de estímulos culturales, sociales o artísticos y con un entorno emocional positivo.

Desde una perspectiva psicopedagógica, Carlos Martínez López, traductor del libro «El Mito de los Deberes» (Alfie Kohn), constata que los deberes ocupan un tiempo cada vez mayor de la vida de niños y jóvenes y que empiezan cada vez a edades más tempranas, afectando incluso a la Educación Infantil. Considera que una gran cantidad de deberes supone un síntoma de mal funcionamiento de los sistemas educativos y no da lugar a mejores resultados académicos.

A su vez, el orientador y psicólogo Agustín Alcocer, afirma que los deberes escolares pueden generar desigualdades y no contribuyen necesariamente a la mejora del rendimiento escolar, al tiempo que ejercen presión sobre el alumnado y en la relación familiar, donde en muchas ocasiones los padres se convierten en profesores de sus hijos.

A través del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), Francisco Javier García, Luis Sanz y Jaime Vaquero, han realizado un seguimiento de los deberes y las actividades extraescolares que realizan los alumnos de 15 años a través de diferentes ediciones del estudio PISA. España se encuentra en el grupo de países que dedican a los deberes entre 6.5 y 7 horas/semana, mientras que el promedio OCDE no llega a 5horas/semana. Los alumnos de países como Finlandia, Corea del Sur, Japón, Eslovenia y Suiza, a pesar de dedicar menos horas semanales a los deberes, obtienen mejor rendimiento que los de otros países que dedican más tiempo, como Bulgaria o Rumanía.

Al analizar los niveles en Matemáticas, observan que en cada país los alumnos con niveles bajos hacen menos deberes que los de niveles medio y alto. En España hacer deberes supone 25 puntos de rendimiento adicional en la competencia lectora, tanto para las chicas como para los chicos Todo parece indicar que es la calidad de los deberes, y no la cantidad de los mismos, lo que mejora el rendimiento.

El punto de vista del alumnado, expuesto por María Arribas y Concha Gil, profesoras del IES Diego Velázquez (Torrelodones), es el del “Consejo de Sabios”, una iniciativa de participación y reflexión sobre cuestiones relativas a la educación y a la vida en un centro educativo cuyos principales actores son los alumnos. Algunas de sus propuestas son: menos deberes, deberes voluntarios y creativos de calidad, una hora lectiva diaria para hacer los deberes en el IES o la mentorización de los alumnos mayores que voluntariamente puedan ayudar a los más jóvenes.

A su vez, Roberto Salmerón, decano del Colegio de Doctores y Licenciados de Madrid, expone el punto de vista del profesorado y considera que ni se debe ni se puede sustraer del ámbito de responsabilidad del propio profesorado la gestión de la realización de deberes escolares de los alumnos; así, es competencia de los docentes adecuar el ritmo, intensidad y peculiaridades de los posibles deberes, desaconsejando legislar sobre esta materia. De esta forma, cada centro, en su proyecto educativo, podría contemplar el protocolo o los criterios de utilización, o no, de deberes, según su propio criterio.

De la conciliación, los horarios escolares y las tareas se encarga José María Fernández-Crehuet, delegado internacional de la Comisión de Racionalización de Horarios Españoles. Una clave importante para el éxito en la finalidad de los deberes, sobre todo en tempranas edades, es el apoyo de los padres en la supervisión de los mismos, y este puede a veces no darse por sus obligaciones laborales que hagan incompatible dedicarles el tiempo necesario. La racionalización de los horarios puede facilitar que los padres y madres puedan compatibilizar su vida profesional, familiar y personal, comprometiéndose para apoyar la realización de los deberes asignados por los docentes.

El profesor Juan José Vergara, especialista en innovación educativa y metodologías activas, considera que los deberes escolares no responden a las exigencias del aprendizaje, tal y como hoy lo entendemos en la moderna sociedad en red; más bien parecen una anomalía de la educación. Los deberes no se acercan a esta forma nueva, colaborativa, flexible y cambiante de entender la enseñanza. Desarrollar el pensamiento crítico, creativo, la capacidad de trabajo colaborativo, el pensamiento ejecutivo o la habilidad de enfrentar el aprendizaje como un proyecto son las nuevas habilidades blandas (softskills), sobre las que deben incidir especialmente los diseños didácticos.

Desde el ámbito de la dirección escolar de centros públicos, Alicia de Andrés Ramos y M.ª Carmen Cuadra Rodas, del CEIP “Ángel González” (Leganés), relatan la experiencia vivida en su centro en la mejora relacionada con las tareas escolares y que surge de la necesidad de dar respuesta a la preocupación y desconcierto de las familias ante situaciones de desigualdad, que se ponían de manifiesto en la falta de coordinación y de coherencia con el proyecto educativo. Con la participación de la comunidad educativa, han sido capaces de llegar a unos acuerdos mínimos en cuanto al tiempo que los niños deben dedicar a las escolares según su edad, los tipos de tareas y a la necesidad de coordinación entre los diferentes maestros.

Antonio Solano, director del IES Bovalar (Castellò), sostiene que el debate sobre los deberes ha polarizado a la comunidad escolar en dos posturas extremas irreconciliables. Pretende hallar el término medio situando la cuestión de los deberes en el marco de la Escuela del siglo XXI, orientada al desarrollo de competencias y a la educación de jóvenes en una sociedad dominada por la inmediatez, por las tecnologías y por un entorno en permanente cambio. La propuesta de “centros sin deberes”, del autor, concreta los compromisos asumidos por los profesores de su centro en relación con su política de deberes: dejar tiempo suficiente en el aula para hacer las tareas de mi asignatura, no mandar deberes que supongan actividades de repetición o de respuestas basadas en la copia de datos de textos diversos o de elementos subrayados, no encargar resúmenes ni esquemas si no se han trabajado previamente en el aula, promover actividades que generen motivación para ampliar información de manera voluntaria, atender en el aula las dudas que se generen a partir de las actividades y ejercicios, y dar indicaciones a las familias en los casos en que se considere insuficiente el rendimiento del alumno en clase, con el fin de encontrar soluciones particulares.

En el mismo ámbito, y por lo que hace referencia a la dirección de centros privados, Cristóbal Calero, director del Colegio Cardenal Spínola y Miguel Salamanca, director del Colegio Sagrada Familia de Urgel, consideran que la cuestión de los deberes o tareas en horario extraescolar nos plantea la necesidad de hacer un análisis más profundo del modelo educativo de los centros. Aportan una guía para reflexionar sobre las tareas escolares en el centro a través de la revisión de nuestras creencias y expectativas, del modelo de escuela que queremos, de cómo se aprende, de las relaciones que establecemos en el proceso de aprendizaje y de la evaluación de nuestros alumnos. A partir de este análisis, se propone la elaboración de un documento sobre la política de tareas en casa, conocida y respaldada por todos los docentes y la administración y accesible a toda la comunidad educativa.

Por último, desde una perspectiva institucional, Aitor Etxarte Berezibar, pedagogo y presidente del Consejo Escolar de Navarra, presenta las conclusiones de un informe del Consejo Escolar de Navarra, solicitado por el Defensor del Pueblo de Navarra, respecto a las tareas escolares del alumnado de Educación Primaria y Secundaria. En dicho informe se formulan los “principios básicos sobre las finalidades y características que deben tener las tareas escolares, de modo que ayuden a enfocar bien y a racionalizar la referida asignación de trabajo al alumnado para ser realizado fuera del aula y de la jornada escolar”.

Tras este proceso y los correspondientes DEBATES, el CECM aprobó un total de 24 RECOMENDACIONES. Con carácter general, gozaron de un mayor nivel de consenso las siguientes:

1. Transformar los deberes, evitando que sean tareas rutinarias o poco atractivas y procurando que faciliten experiencias positivas de aprendizaje y refuercen lo aprendido; pero también la motivación y la capacidad para aprender, la creatividad y el desarrollo de competencias como la autonomía personal o el trabajo en equipo.

2. Adaptar los deberes a la diversidad del alumnado, evitando que sean los mismos para todos y teniendo en cuenta sus edades, los ritmos de aprendizaje y el proceso de desarrollo personal.

3. Buscar vías para adecuar el tipo de tareas (para aplicar los conceptos y habilidades practicadas en clase, preparar clases futuras o explorar el aprendizaje en situaciones nuevas), la cantidad y la frecuencia a las necesidades de los alumnos.

4. Facilitar que los deberes sean compatibles con otras actividades no escolares.

5. Evitar que los deberes produzcan desigualdad y garantizar que los alumnos puedan realizarlos por sí solos, sin la ayuda de otra enseñanza adicional, ni de recursos ni tecnologías a las que el alumnado pudiera no tener acceso.

Por todo lo anteriormente expuesto, defiendo que son posibles otras “tareas” después de la escuela, sin necesidad de que las administraciones educativas las regulen. Si otros países con buenos resultados académicos (Canadá, Nueva Gales del Sur) han sido capaces de abrir procesos participativos y racionalizar los “deberes escolares”, confiemos en la autonomía pedagógica de los centros y facilitemos que el alumnado trabaje de forma autónoma y productiva.

Rafael Carbonell Peris es Presidente del Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid.

Aquí puedes leer las 101 propuestas y otros artículos como este. Este artículo forma parte de la reflexión conjunta del proceso Calmar la Educación. Seguiremos publicando otras opiniones de personas relevantes del mundo educativo. Queremos generar un espacio de debate plural y abierto a todas las personas interesadas en la transformación educativa.

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